La pandemia provocada por el Covid-19 ha dado lugar al surgimiento de nuevas metodologías de trabajo y formas de comunicarse con el consecuente aumento en todo el mundo de la producción y venta de electrónicos. El teletrabajo, la educación a distancia, las teleconferencias y otras actividades remotas han generado una gran demanda de productos electrónicos como televisores, monitores, laptops, notebooks y tabletas, entre otros aparatos que se utilizan para las telecomunciaciones. Este fenómeno trae en consecuencia una situación muy preocupante, especialmente para los organismos de medio ambiente, vinculada al destino final que se le dará a la basura tecnológica, que para el año 2026 se prevé que alcanzará un 17% más respecto de la que se está acumulando actualmente. Ese porcentaje es considerable por los inconvenientes que representa el manejo de esos desechos, que son altamente peligrosos porque contienen sustancias tóxicas y materiales dañinos para la salud del ser humano y el ambiente.

Actualmente en la Argentina se generan más de un millón de toneladas de residuos electrónicos y son escasos los centros de tratamiento para recibir esa gran cantidad de basura tecnológica que, de acuerdo a lo previsto, seguirá aumentando considerablemente en los próximos años.

En nuestra provincia la Secretaría de Estado de Ambiente y Recursos Sustentables acaba de iniciar una campaña de recolección de residuos electrónicos de uso familiar, con un camión que está recorriendo distintas zonas del Gran San Juan, como un paso previo a un plan integral destinado a darle un tratamiento adecuado a toda la basura tecnológica que se genere en nuestro ámbito. En este contexto hay instituciones diversas que habitualmente utilizan material informático que tienen numerosos inconvenientes con el destino final de la basura tecnológica que producen, ya que no puede ser arrojada en cualquier lugar. Está demostrado que los residuos electrónicos y eléctricos tienen 6% de materiales altamente contaminantes, como lo son metales pesados y plásticos inflamables.

Hay un aspecto a tener en cuenta, y es que el 65% de los materiales que componen los residuos electrónicos pueden llegar a contener un gran potencial económico, ya que entre ellos se puede encontrar oro, plata, paladio y plásticos reciclables. De darles un buen manejo, se pueden obtener ganancias importantes no sólo ambientales sino también económicas, las que podrían ser aprovechadas convenientemente en campañas de saneamiento.