Si bien la ciudad Capital de San Juan siempre estuvo a la vanguardia con la colocación de cámaras de vigilancia para controlar la delincuencia, entre otros hechos delictivos, en la vía pública, en estos últimos meses en varios departamentos del Gran San Juan y de zonas alejadas se han comenzado a instalar estos sistemas dado el éxito que han tenido donde se los utiliza. 


El incremento de la delincuencia en los principales centros urbanos de la provincia ha motivado a los intendentes municipales en forma conjunta con las fuerzas policiales y la Secretaría de Seguridad de la provincia a instalar estos sistemas que si bien, como se aclaró oportunamente no reemplazan a la vigilancia policial presencial por las calles, complementan el accionar de esta fuerza de seguridad para combatir los hechos delictivos en forma más efectiva. 


En centros urbanos como Albardón, Caucete y Pocito, los más populosos fuera del Gran San Juan, en los últimos meses fueron colocadas varias decenas de cámaras que hasta ahora han dado muy buenos resultados al haber contenido la delincuencia que había comenzado a crecer en esos sitios. 


Es conocido que los costos para la instalación de estos sistemas de vigilancia son considerables, de todas maneras las autoridades coinciden en que instalar estas cámaras más allá de un gasto es una inversión en favor de la comunidad. 


La Municipalidad de la Capital en repuesta al éxito que ha tenido con la instalación de un total de 167 cámaras de vigilancia ha resuelto recientemente, junto a la Secretaría de Seguridad, instalar 26 nuevas cámaras con lo que llegará a la suma de 193. Estos nuevos dispositivos estarán emplazados en determinadas zonas de la ciudad Capital consideradas críticas ubicada en Desamparados, Trinidad y Concepción. Los sitios elegidos han sido señalados como los más riesgosos conforme a las denuncias que se reciben a diario en las respectivas comisarías. 


Donde están haciendo falta estos elementos que están integrados al sistema de monitoreo de 24 horas del CISEM 911, es en las zonas rurales donde se ha dado cuenta de un incremento considerable de hechos delictivos. Como ya ha sido señalado en otras notas publicadas en este mismo espacio, el recrudecimiento de la ola de robos en fincas y propiedades de la zona rural está provocando muchos inconvenientes y pérdidas económicas. La colocación de cámaras en esas zonas contribuirá a reestablecer el orden y llevar más tranquilidad a la gente del campo.