Lograr la normalización del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), tras ser intervenido de hecho por el patoterismo kirchnerista, a fin de dar índices ficticios sobre la marcha del modelo populista, ha sido una recuperación exitosa del Gobierno nacional. Volver a ofrecer números reales del comportamiento socioeconómico, es disponer de una herramienta básica para impulsar el crecimiento sobre expectativas ciertas. 

Sin embargo, esta actividad profesional requiere ajustes para que las estadísticas reflejan los hábitos de consumo actuales en base a la búsqueda de precios que hace el público en almacenes, pequeños supermercados y mayoristas. Este muestreo genérico no involucra a las facturaciones de hipermercados y shoppings ya que el índice sólo releva establecimientos de más de 1.000 metros cuadrados. 

En ese sentido resulta conveniente ampliar la información del Indec para que las mediciones sumen a la evaluación del índice de consumo, las ventas de almacenes de barrio, mercados y comercios mayoristas de manera que las estadísticas oficiales sean más significativas ampliando las referencias de la evolución del consumo.