Mes contradictorio

Donald Trump cumple hoy 30 días en la Casa Blanca sin realizar cambios sustanciales pero creando tensiones internas y mundiales.

**** 

En la conferencia de prensa del jueves pasado, Donald Trump afirmó que en Estados Unidos "nunca ha habido un presidente que haya hecho tanto en tan corto de tiempo'', un autoelogio exagerado porque si bien firmó unos 23 decretos y acciones ejecutivas, el contenido de esas medidas es más simbólico que sustancial, salvo el frustrado veto migratorio bloqueado por la Justicia.
En cambio el polémico magnate inmobiliario ha ocupado la atención mundial, expectante por las 
tensiones con otros países, sobre todo las generadas con las amenazas a México, pero ha tratado de atenuar sus roces con los países de Europa y de Asia Oriental. Además, mantuvo cordiales encuentros con los líderes del Reino Unido, Japón, Canadá e Israel y contactos telefónicos con quienes considera aliados de EEUU o líderes regionales, caso de Mauricio Macri.
De lo que no hay duda es de la distancia existente entre sus promesas de campaña y la realidad política estadunidense en ejercicio del poder. El escaso conocimiento de las dinámicas del gobierno federal ha chocado con la ejecutividad pretendida, de manera que las medidas anunciadas por Trump se han limitado a ordenar a los funcionarios que busquen la forma de hacer algo al respecto.
Los analistas coinciden en que nunca en la historia de EEUU, hubo un presidente que tropezara tanto al llegar al poder y no se refieren a la inoperancia administrativa sino a los choques con el Congreso, con la Justicia y la prensa a quien califica como "el enemigo del pueblo estadounidense'', señalando a cada uno de los medios.
Como los norteamericanos viven de la estadística, ya tienen los resultados de una encuesta sobre el primer mes del presidente: Sólo el 39% está satisfecho con la actuación de Trump. El prestigioso Centro de investigación Pew, dice que nunca registró un índice tan bajo de popularidad en tan corto mandato.
En este contexto quienes no pierden tiempo son los que aspiran a ser protagonistas de los liderazgos internacionales estadounidenses que quedan vacantes por el giro que ha dado Trump en el plano económico y político: China, por un lado y la Unión Europea por otro.