Al igual que otras actividades productivas como la agricultura y la ganadería, la minería debe mantenerse dentro de la categoría de tareas esenciales y prioritarias, con habilitación especial dentro de la pandemia del Covid-19. Se debe garantizar a este rubro la posibilidad de llevar adelante sus actividades habituales en forma normal, más allá de extremar los cuidados de higiene y seguridad, conforme lo establecen las normas y protocolos en vigencia.


En el inicio de la pandemia, desde distintos sectores, inclusive desde el Gobierno y el gremio AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina) se pretendió una reducción de actividades de los distintos proyectos mineros localizados en el país. Inclusive hubo algunos que recomendaron el cese total de actividades. Pero las dificultades que tienen los yacimientos para interrumpir su proceso productivo y la necesidad de que esta actividad siga aportando divisas que son muy necesarias para las finanzas del país, hizo que se reconsidere la medida y que se le otorgara a la minería la categoría de esencial. Esto también fue solicitado con mucha insistencia por los proveedores de las empresas mineras, uno de los sectores que se benefician con la actividad y que son generadores de numerosos puestos de trabajo en todo el país.


Bajo ningún concepto se debe permitir la interrupción de la actividad minera y se deben otorgar todas las libertades para que las empresas dispongan de todos los recursos que necesitan para la explotación de un proyecto. Entre las acciones que se deben garantizar está la del traslado del personal técnico y obrero hacia los yacimientos, que es una tarea riesgosa y costosa y que se realiza dentro de cada una de las provincias. También se debe garantizar el traslado de provisiones e insumos que son imprescindibles para el normal funcionamiento de un campamento minero. Por último está la habilitación de los transportistas para que puedan circular libremente, sin ningún tipo de obstáculos, y la necesidad de facilitar todas las actividades anexas. Hay un aspecto muy importante en este rubro y es la posibilidad que tiene la actividad minera de controlar sanitariamente a sus trabajadores, en relación a que las minas se encuentran en lugares alejados de los centros urbanos hasta donde llegan muy pocas personas ajenas a los proyectos en explotación. Esto permite testeos u otras pruebas para conocer si el personal que se desempeña en la mina está apto y no constituye ningún peligro de contagio de enfermedad como el Covid-19. Toda una garantía para posibilitar que la gente trabaje sin ningún riesgo y que los proyectos en explotación continúen con su actividad en forma normal.