Son comunes las quejas de los ciudadanos referidas a la poca vocación policial o a la costumbre que tiene muchos efectivos de no involucrarse en hechos delictivos que pueden, posteriormente, ocasionarles algún problema personal dentro de la fuerza. Se trata de un mal crónico que siempre ha estado en discusión y que llevado a la práctica, lo único que ocasiona es que haya cada vez más delincuencia y que los delincuentes, en la mayoría de las ocasiones, salgan beneficiados con un accionar policial que carece de la efectividad con la que se debería actuar.
El caso del agente de la policía bonaerense, Luís Chocobar, acusado de exceso en la legítima defensa, procesado y embargado en $400 mil, por intervenir durante el ataque al turista norteamericano, Joseph Wolek, brutalmente apuñalado cuando visitaba en diciembre último la zona de La Boca, en Buenos Aires, ha generado una amplia polémica en torno al papel que debe cumplir un efectivo policial, ya sea que estén en servicio o circunstancialmente se encuentre con una situación conflictiva en la vía pública, en su condición de civil.
Figuras vinculadas a las fuerzas de seguridad se han encargado de señalar que la vocación policial es algo muy especial y que no se puede ajustar a un horario ni días determinados. El efectivo que la tiene siempre está al servicio de la comunidad, protegiéndola o defendiéndola. De ahí que el presidente Macri expresó su apoyo a Chocobar y elogió su intervención en el caso. Este gesto, imitado por los ministros de Seguridad nacional y bonaerense, representa un fuerte rechazo al garantismo judicial.
Ni en el Gobierno, ni en gran parte de la sociedad, se vio con buenos ojos que el juez de Menores, Enrique Velázquez, procesara a Chocobar por homicidio agravado y dejara en libertad a Jorge de Balvanera, el joven de 18 años coautor del ataque, de quien la misma justicia tiene pruebas de la brutal agresión.
Todos pugnamos para que la policía, en cualquiera de sus modalidades y ámbitos, esté siempre atenta a las necesidades de la comunidad por lo que no es conveniente que desde el ámbito judicial se marque la forma en que deba trabajar, cuando se hace dentro de los lineamientos responsables que forman parte de la instrucción que reciben los efectivos y especialmente en esta época en que la delincuencia ha avanzado en detrimento de la tranquilidad de los ciudadanos.
