No obstante la trayectoria y el prestigio ostentado durante décadas, la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), tras un proceso de normalización, acaba de iniciar una nueva etapa en la que deberá dar solución a varios temas, por los que el fútbol argentino afronta una de las crisis más grande de su historia.

La designación de Claudio "Chiqui" Tapia, apoyada por unanimidad por los más encumbrados dirigentes del fútbol nacional, constituye una apuesta ambiciosa destinada a reconstituir la entidad, después de que en los últimos meses tocara fondo en varios aspectos. Entre los problemas a los que debe hacer frente la nueva conducción están las cuentas de la entidad; la situación del seleccionado de fútbol; la designación de colaboradores y la reestructuración deportiva. Como punto a favor la nueva conducción embolsará por contratos de televisión con Fox y Turner fondos cercanos a los 2.826 millones de pesos. Un buen punto de partida en lo económico que da alivio y garantías a lo institucional. 


De todas formas para el público de las tribunas hay otros aspectos que marcarán el éxito o no de esta nueva gestión: el destino de la selección mayor de fútbol y el de los campeonatos locales, incluida la anunciada Superliga.