Como parte del proceso destinado a consolidar su posición dentro de la región de Oriente Medio, Israel acaba de normalizar sus relaciones diplomáticas con la República de Kosovo, un estado de mayoría musulmana ubicado al sudeste de Europa, que logró independizarse de Serbia hace apenas 13 años. 


Se trata del quinto país con el que Israel restablece vínculos diplomáticos basados especialmente en acuerdos comerciales que tienen como objetivo fortalecer las respectivas economías. La lista de países con los que ya se han restablecido relaciones la encabezó Emiratos Árabes Unidos seguido luego por Baréin, Sudán y Marruecos. 


La particularidad del nuevo acuerdo es que Kosovo es un país predominantemente musulmán que ha dispuesto abrir su embajada en Jerusalén, reconociendo a esta ciudad como capital de Israel, de la misma forma que lo ha hecho Guatemala y Estados Unidos. El resto de los países que tienen representación diplomática en Israel tienen su sede en la ciudad de Tel Aviv. Cabe destacar que fue durante la administración de Donald Trump que Estados Unidos reconoció a Jerusalén como la capital de Israel a fines de 2017 y trasladó su embajada a la ciudad en mayo de 2018. Para llegar a este acuerdo Israel reconoció oficialmente a Kosovo como estado independiente de la misma forma en que lo han hecho la mayor parte de los países del mundo a excepción de Serbia, Rusia y China. 


Israel se ha convertido en el 117¦ país en reconocer la República de Kosovo como país independiente y soberano, un acontecimiento de gran trascendencia por las implicancias que tiene en el nuevo esquema que comienza a configurarse en Oriente Medio. 


Al dejar restablecidas las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, sus autoridades destacaron el hecho de que los dos países tienen historias similares en cuanto a la lucha por establecerse como nuevas naciones. En este sentido al firmarse el acuerdo se posibilitó que Kosovo califique al movimiento chiita libanés Hezbollha, tanto en su rama política como militar, como una organización terrorista a la que hay que controlar para evitar nuevos atentados.


Los acuerdos diplomáticos en los que está avanzando Israel más allá de tener un fin económico y social, a través de acuerdos comerciales, de producción y turismo, también tienen como objetivo promover la paz de la región y el mundo desalentando y controlando las prácticas terroristas promovidas desde Oriente Medio hacia los países occidentales, una acción que se ha hecho común en los últimos años.