Sin ningún tipo de reparos, desde hace algunas décadas, el hombre está contaminando en gran escala los océanos, los ríos, las lagunas y los acuíferos, provocando un daño irreversible en cada uno de estos recursos que difícilmente pueda solucionar. 

Toneladas de plásticos, derrames de petróleo, efluentes cloacales y el vertido ilegal de residuos tóxicos son algunas de las muchas fuentes de contaminación que están provocando un serio daño en la hidrósfera, con inconvenientes tanto para los humanos como para la flora y fauna acuática. 

Entre las principales causas de este deterioro ambiental, que es muy grave por las consecuencias que tiene para el planeta, está el crecimiento demográfico en zonas de desembocadura de los ríos y de los asentamientos poblacionales que se siguen estableciendo en los sectores costeros. En estas áreas es muy común que todos los desechos vayan a parar a los ríos y arroyos, y como estos tienen salida hacia el mar, el destino final de esos residuos sean los océanos, que es donde se está observando un gran deterioro ambiental. 

También está la intensa actividad acuática, que no sólo se realiza junto a la costa sino también en alta mar, donde barcos cargueros y de pasajeros arrojan al agua grandes cantidades de residuos, cuando no cargas de petróleo u otros elementos similares que terminan afectando amplias superficies de agua en donde la vida marina peligra con desaparecer. 

Todo este fenómeno tiene repercusión en la calidad del agua como recurso primordial de la vida humana. El planeta se está calentando, afronta un cambio climático y una contaminación que cada vez es mayor. Si el hombre y las organizaciones ambientales o los gobiernos correspondientes no hacen nada o no implementan acciones urgentes, la situación se agravará cada día más. 

Hay situaciones puntuales cuya solución no se puede postergar por mucho tiempo más. El caso de las islas de plástico en los mares son auténticas destructoras de la vida acuática que afectan a los peces y consecuentemente a los humanos. Los microplásticos son absorbidos por la fauna marítima y luego pasan al cuerpo humano cuando el hombre consume esos animales. 

El plástico también es causante de la muerte de la fauna acuática ya sea porque lo consume o porque representa una trampa mortal que atrapa a los peces y no los deja escapar hasta su muerte. 

En los ríos y arroyos cuando el agua se contamina no sólo afecta a la flora y fauna acuática sino que afecta al agua que es destinada al consumo humano. Un bien cada vez más preciado, teniendo en cuenta el período de sequía que está afectando a varios puntos de la Tierra. 

El cuidado de la hidrósfera tiene que ser cada vez más persuasivo ya que se pone en juego un importante recurso que debe protegerse por el bien del planeta y de la humanidad.