La difícil situación económica-financiera por la que atraviesa el país, está siendo aprovechada por algunos sectores de la vida nacional con diversos propósitos, desde intereses políticos y sindicales hasta ideológicos y reivindicatorios de causas sociales, pero todos con el denominador común de sembrar pánico y caos dentro de la sociedad.


Si bien el panorama que presenta la Argentina es delicado, existe la posibilidad de revertirlo con políticas financieras y de desarrollo adecuadas, como las que está tratando de implementar el Gobierno, y la decisión de todos de contribuir desde su lugar de trabajo con el mayor esfuerzo posible. En este sentido debe existir la convicción de que al país se lo puede recuperar entre todos, trabajando cada uno en el lugar asignado, con decisión y honradez, y desechando la corrupción que ha alcanzado niveles asombrosos durante las últimas administraciones.


Así como la dirigencia política de la oposición está realizando grandes esfuerzos para asegurar la gobernabilidad del actual gobierno, como lo ha admitido el propio presidente de la Nación, Mauricio Macri, de la misma forma los demás sectores de la sociedad deben imponer una tregua hasta que el país se encauce por los carriles normales, caso contrario quedará en evidencia de que se está aprovechando el momento para desestabilizar al país o a un gobierno, que si bien ha dado muestras de que no está manejando la situación con gran habilidad, ha dado señales de que está intentando conducir la Nación con transparencia y honestidad. Dos factores de fundamental importancia para garantizar un futuro promisorio y de grandes realizaciones.


Los intentos de saqueo que se han hecho públicos en los últimos días, como las continuas marchas y piquetes que se realizan en Buenos Aires por cualquier motivo, son acciones comandadas por grupos de reaccionarios que están tratando que el país sucumba ante el caos. Los mueve el interés de que este gobierno no cumpla con su mandato, con la esperanza de volver a un modelo populista que nos ha llevado a dilapidar los esfuerzos de muchos argentinos.


Atravesamos por una etapa en la que no debemos seguir cantos de sirena en materia política o ideológica. Tenemos que ajustarnos a la dura realidad que le ha tocado afrontar al actual gobierno y colaborar en la mayor medida posible con las políticas que se están implementando. De no mediar otras causas que lleven a nuevos desequilibrios financieros, en poco tiempo más el país tiene que recuperarse y retomar el camino del crecimiento y desarrollo que tantos anhelamos.