De los más de 6.000 efectivos que posee la Policía de San Juan, un gran porcentaje -del que no se ofrecieron precisiones- está asignado a la vigilancia de edificios públicos de la administración central, hospitales y entidades bancarias, entre otras instituciones sociales, culturales y religiosas. También hay policías que cuidan plazas y espacios verdes, algunas escuelas, y mediante el sistema de adicionales instituciones privadas y domicilios particulares de altos funcionarios de los tres poderes de Estado que solicitan este servicio para preservar la seguridad personal, como también la integridad de viviendas, edificios e instalaciones.
Esta tarea es llevada a cabo desde siempre de una manera muy profesional, aunque no siempre ha llegado a cubrir todas las necesidades, ya que quedan sectores sin cobertura que demuestra que está haciendo falta una mejor distribución de recursos humanos para abarcar todo el ámbito provincial.
Las carencias más notables están en los edificios escolares, especialmente de escuelas de las zonas rurales y semirrurales, que suelen ser objeto de robos por no poseer una vigilancia más exhaustiva, la que suele limitarse a rondas policiales que dejan a los establecimientos sin protección por mucho tiempo.
Otros puntos que suelen carecer de una adecuada vigilancia son las plazas y espacios verdes que hay a nivel departamental y también barrial. El daño que cometen grupos de jóvenes y adolescentes, que actúan impunemente sin posibilidades de que la policía los detenga o los haga pagar por la rotura de ese patrimonio, representa pérdidas cuantiosas que las respectivas comunas deben afrontar, sabiendo que al poco tiempo esas mejoras vuelven a ser objeto de daño y destrucción.
Con una reducción de la vigilancia en lugares que no necesitan tanta custodia policial se puede avanzar en una reorganización que lleve a cubrir aquellos espacios que carecen de vigilancia y que la necesitan en gran medida.
Colocar un efectivo para que esté toda la noche en un edificio o domicilio, en los que generalmente nunca pasa nada, quita la posibilidad de que haya efectivos vigilando sitios más conflictivo a los que generalmente no llega ninguna patrulla ya sea por la distancia a la que se encuentra o por otras circunstancias vinculadas a la disponibilidad de movilidades y combustible.
Con una mejor distribución de esos agentes la provincia podría ser mucho más segura de lo que es, sin tener la necesidad de contar cada vez con más efectivos. Con los nuevos adelantos tecnológicos que se disponen en la actualidad la vigilancia puede efectuarse de manera remota con la misma efectividad que de manera presencial. Sólo basta detectar la presencia de un intruso que esté pretendiendo ingresar a un determinado sitio, para que las luces de alarma se enciendan y se active un operativo de seguridad que termine desalentando esos actos de delincuencia.
