Los grandes incendios forestales que en estos últimos tiempos arrasaron millones de hectáreas en distintos puntos del planeta -según la Global Forest Watch Fires (GFW Fires) en 2019 hubo 4,5 millones de incendios en todo el mundo que fueron mayores de un kilómetro cuadrado-, encendieron la luz de alarma en la mayoría de los países de la región, en relación a la falta de previsiones para hacer frente a catástrofe de esa magnitud. Uno de los primeros países en pronunciarse a través de una organización que trabaja por el medio ambiente fue México, que admitió no contar con los medios necesarios para hacer frente a estos fenómenos, por los recortes presupuestarios, de hasta un 38% -debido a su actual situación económica financiera-, en los organismos que tienen injerencia en las acciones para prevenir y controlar los incendios.


Si bien en el resto de los países latinoamericanos no hubo pronunciamientos en este sentido, se conoce que la situación es similar ya que en la mayoría de los casos, inclusive en la Argentina, el tema presupuestario incide decisivamente en la disponibilidad de equipamiento y recursos para hacer frente a incendios que, en la mayoría de los casos, se propagan ante condiciones ideales de sequía, altas temperaturas y la existencia de amplias superficies cubiertas de pastizales secos o árboles que hacen combustión muy fácilmente.


Admitir que no se está preparado convenientemente para luchar contra el fuego descontrolado, es una forma de que las autoridades de gobierno y las fuerzas vivas de cada país reflexionen sobre lo catastrófico que puede resultar el desencadenamiento de incendios de grandes magnitudes en áreas cercanas a zonas densamente pobladas, como ocurrió el año pasado en las Sierras de Córdoba o como acaba de suceder en la Reserva Ecológica Costanera Sur, en Buenos Aires, que por causas que se tratan de determinar tuvo hace días dos focos de incendio que causaron alarma.


La organización que se animó a admitir que el país azteca no está en condiciones de enfrentar grandes incendio "Reforestemos México", posee datos concretos y confiables sobre la reducción presupuestaria que han sufrido las áreas encargadas de atender las emergencias ambientales.


Si tanto en el ámbito oficial como el privado no se toma conciencia de que hay que invertir para estar preparados en la lucha contra los incendios forestales, catástrofes como las del Amazonas, en Brasil; California, en EEUU y el sureste australiano, pueden provocar cuantiosas pérdidas en cualquiera de los países latinoamericanos que se mantienen atónitos mientras el fuego acecha.