Como ya hemos consignado en otras ocasiones, el panorama de las exportaciones de la Argentina no es nada alentador, ya que se encuentra en su nivel más bajo desde la asunción del actual gobierno, con pocas posibilidad de revertir esta situación en el corto plazo.


Según el analista político Sergio Berensztein, para salir de la actual coyuntura lo ideal es fomentar las exportaciones de productos con la mayor cantidad de valor agregado posible, pero mientras no se cuente con el capital necesario para financiarlo, que es lo que está ocurriendo actualmente, se continuarán exportando commodities, sin mejorar los niveles de ingreso en concepto de divisas.


Esto se revertiría, por ejemplo, bajando los impuestos que es una deuda que el país tiene con las pymes. Con menor presión impositiva las pequeñas y medianas empresas podrían mejorar sus niveles de producción, tanto en cantidad como calidad, optimizando los despachos y cubriendo los requerimientos a nivel internacional.


En el inicio de la actual gestión del Gobierno nacional se dijo que se iba a ir produciendo paulatinamente una reducción de la presión impositiva a los sectores como las pymes, que las harían más competitivas a la hora de producir y consecuentemente de exportar. En este sentido Berensztein señala que la Argentina es un país que, indudablemente, tiene que exportar, pero que está cobrando impuestos a las exportaciones, a través de los derechos de exportación y las retenciones que fueron anunciadas últimamente, lo que es contradictorio a los principios de apoyar al sector que tiene el potencial de crear empleo y desarrollo para el país.


En torno a esta afirmación se deduce que hay que aprender un poco más de los países que son exitosos en materia de exportaciones, y además mejorar una serie de factores vinculados a esta actividad, tales como la infraestructura física, el capital humano y las reglas de juego claras, que permitan una regulación apropiada para fomentar la competitividad. Esto se logra no estando tan pendiente de las políticas de exportación que se puedan implementar, sino más bien de fomentar la producción de bienes con valor agregado.


La reducción de los impuestos a estos núcleos productivos aparece como una de las soluciones más factibles para fomentar el aumento de la producción, y promover nuevamente la vocación exportadora que ha tenido por muchos años el país.