La marcada desigualdad social entre menores de los sectores carecientes, acentuada por la crisis socio-económica originada por la pandemia del covid-19, representa un problema en el que se deberá trabajar con mayor ahínco para evitar esa diferenciación y sus consecuencias en el futuro de las próximas generaciones. De la misma manera que fue implementado exitosamente en San Juan el programa de "Mis primeros 1.000 días'', luego tomado por la Nación como el "Plan de los 1.000 días'' para asegurar el cuidado integral de salud durante el embarazo y la primera infancia -disminuyendo la mortalidad infantil, la malnutrición y desnutrición y garantizar el desarrollo cognitivo y emocional de los niños menores de tres años- el tema de la desigualdad social amerita acciones a favor de los niños en edad escolar, pertenecientes a sectores de pobreza, que en los últimos tiempos no están recibiendo una adecuada asistencia en materia de alimentación, salud y educación, por los problemas de público conocimiento vinculados a la pandemia y la situación económica y financiera del país.


En la provincia de San Luís ha dado muy buenos resultados una experiencia con los niños de los sectores en extremo carecientes consistente en atenderlos en escuelas albergues donde se les proporciona asistencia en general, reincorporándolos a sus hogares los fines de semana, en mejores condiciones de las que se encontraban y llevando una cuota de conocimientos y valores sociales con los que se ha logrado una sensible mejora del entorno familiar.


En nuestra provincia la asistencia a los niños más necesitados podría implementarse optimizando el funcionamiento de las 17 escuelas albergues, en las que se puede asegurar el suministro de alimentos, la atención médica necesaria y, lógicamente, impartir una educación que busque nivelar los contenidos a fin de evitar la desigualdad que se está observando en la actualidad.


La amplia red de escuelas albergues que cubre toda la provincia posibilita atender estos problemas de desigualdad en casi todos los departamentos pudiendo implementarse un sistema de traslado en minibus para los chicos más necesitados que no están comprendidos dentro del área de influencia de ninguno de estos establecimientos, tal como ocurre con un numeroso grupo de alumnos de la Escuela Hogar José Manuel Estrada que funciona en Rawson y que recibe chicos de otros departamentos. La clave está en apuntalar estos establecimientos para que funcionen eficientemente de lunes a viernes en niveles primarios y medios y con los chicos más necesitados.


Asistencia alimentaria, salud y educación son los pilares básicos sobre los que habría que trabajar para contar en un futuro con jóvenes íntegros, útiles a la sociedad y que contribuyan a engrandecer el país.