La tala de 7 ejemplares de eucaliptus que se realizó hace una semana sobre el costado Sur de la Ruta Nacional N¦ 20, en las inmediaciones del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento, en 9 de Julio, fue autorizada por el área de Ambiente de la comuna, haciendo uso de sus atribuciones como organismo descentralizado en el tema del arbolado público y conforme a la Ley 824 L que permite a los municipios otorgar permisos de erradicación, en este caso a una empresa mendocina que tiene en proyecto construir una estación de servicio, con un anexo para la venta de agroquímicos. Al conocerse este avasallamiento en plena vía pública, la Secretaría de Estado de Ambiente y Recursos Sustentables intervino labrando un acta de infracción y deteniendo la tala hasta tanto investigara quién había autorizado a la empresa.
En los primeros días de esta semana hubo mucho hermetismo sobre la referida investigación, en tanto que el jueves último la empresa constructora reanudó sus tareas, sacando totalmente los troncos que habían quedado y disponiéndose a iniciar la ejecución de la obra.
Mientras en la Secretaría de Ambiente seguían insistiendo en la investigación de los hechos, desde el municipio de 9 de Julio, su intendente Gustavo Núñez, admitió el otorgamiento del permiso aclarando que está limitado a los 10 ejemplares. Como la empresa necesita erradicar 20 eucaliptos, se le había comunicado que tenía que dirigirse a la Secretaría de Estado de Ambiente, previa presentación de un estudio de impacto ambiental, que de acuerdo al organismo provincial no se ha presentado.
La recordación del Día Mundial del Medio Ambiente, que todos los años da lugar a distintas manifestaciones ecológicas, como la de plantar árboles o realizar campañas de limpieza, no tuvo en esta ocasión mucho para celebrar. Esta tala de árboles que ha sido autorizada a medias, en una disputa entre la comuna de 9 de Julio y la Secretaría de Estado de Ambiente, es un hecho lamentable que va a terminar acabando con varias decenas de ejemplares que están en muy buen estado sanitario y que contribuyen con el ambiente de la zona.
Los responsables del proyecto que ha dado lugar a este conflicto -un emprendimiento de grandes proporciones calculado en unos 100 millones de pesos-, podrían haberlo planteado sin tocar la arboleda, especialmente cuando el área de construcción está ubicado a varios metros al Sur de donde están los árboles. Por otra parte el municipio tendría que haber exigido la conservación de la arboleda y la Secretaría de Ambiente estar al tanto de este tipo de procedimientos interviniendo más enérgicamente con las sanciones correspondiente, antes que se cometa este daño.
