El mes de marzo fue atípico en varios aspectos, por la incidencia que tuvo la aparición de los primeros casos de coronavirus registrados en el país. El inicio de la cuarentena y el cese de un gran número de actividades generaron cambios de hábitos en la población que influyeron en el comportamiento de la oferta y la demanda y, consecuentemente, de los precios. Todo esto ocasionó problemas de medición del índice de inflación, tanto para las consultoras privadas como para el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y organismos provinciales como el Instituto de Investigaciones Económicas y Estadísticas (IIEE) que mide el IPC (Índice de Precios al Consumidor) en nuestra provincia. Sobre la marcha tuvieron que modificar la metodología de recolección de datos.

De todas maneras las consultoras contaron, al finalizar el mes, con sus estimaciones de inflación que se ubicaron entre el 2,3% y el 3,5%, mientras que la medición del INDEC fue del 3,3%.

Para el mes de abril en curso el panorama es similar por lo que el INDEC y el IIEE han adelantado la posibilidad de que no dispondrán los datos para determinar la inflación de abril.

Lo que en un principio puede ser entendible, para quienes necesitan contar con un parámetro oficial en materia de inflación a fin de proyectar acciones a futuro, estos organismos oficiales deberían hacer el mayor esfuerzo posible para contar con el índice de inflación nacional y local teniendo en cuenta el valor que esta información tiene para los operadores económicos.

El hecho de que la gente esté en cuarentena y el aislamiento social en vigencia no debería ser motivo para que las variables económicas no sean relevadas y que la evolución de los precios no sea comprendida dentro del índice que se debe elaborar todos los meses, para determinar la evolución anual. De no incumplir con ese objetivo se disiparán todas aquellas sospechas que han comenzado a circular de que en el INDEC no se quiere brindar esa información, retrotrayendo a épocas pasadas cuando el organismo dejó, sistemáticamente, de medir la inflación, a conveniencia del gobierno kirchnerista de turno que apostaba a la desinformación como estrategia para no revelar la mala situación económica por la que atravesaba el país.

En el caso del IIEE es una pena que después de haber recuperado recientemente la posibilidad de medir la inflación a nivel local -hecho considerado como histórico- interrumpa este servicio, dejando a muchos analistas y observadores económicos sin datos de gran importancia para entender el comportamiento de la economía.