La declaración del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, con la que al promediar el año pasado pidió el cese del fuego y la resolución de los conflictos bélicos en todo el mundo a consecuencia de la pandemia del Covid-19, es el antecedente más cercano de este propósito que desde hace décadas viene siendo propuesto por quienes ven en las guerras mecanismos de sometimiento de un país a otro y la proliferación del negocio del tráfico de armas, que cada vez es más sofisticado.
Anteriormente, otros líderes mundiales como el papa Francisco pidieron el cese de los conflictos bélicos, pero hasta ahora ninguno ha logrado el objetivo. Habrá que esperar el avance de 2021 para que los organismos internacionales, encabezados por la ONU, continúen con la difícil tarea de hacer desistir de sus actitudes a las partes en conflicto con el objetivo de restablecer la paz en todo el planeta e intentar un desarrollo más armonioso de las regiones afectadas por el flagelo de las guerras.
En la actualidad suman 22 los países que están en guerra soportando graves problemas económicos y sociales. Dentro de estos últimos, la proliferación de los niños-soldados está ocasionando una verdadera catástrofe ya que según Unicef en la actualidad hay más de 300.000 en todo el mundo.
De los conflictos bélicos de la actualidad uno de los más antiguos es el de Birmania, que se libra desde 1948.
Otro con implicancia en el orden mundial es el de Sudán del Sur. Este país conocido como la nación más joven del mundo sufre desde 2013 una cruenta guerra que no ha cesado ni siquiera ante la mediación de la comunidad internacional. El conflicto se suscitó después de que Sudán del Sur se declaró independiente de la República de Sudán, tomando el control de los recursos naturales que incluye diamantes, oro, plata, volframio, cobre y zinc.
Otros países en guerra son Sahel, Yemen, Siria, Uganda, Tailandia, Uganda, Somalia, Sri Lanka, República del Congo, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, India, Irak, Israel y Palestina, Etiopía, Filipinas, Argelia y Birmania, entre otros. El más reciente de los conflictos es el de los armenios con los azeríes (habitantes de Azerbaiyán), estado de confesión musulmana, con una mayoría turca. La guerra del Alto Karabaj, como se la denomina, es la última escalada bélica declarada y está atentando contra el proceso de pacificación iniciado con los acuerdos diplomáticos de Israel con los países árabes. Los impulsores del cese de fuego tienen sin duda una ardua tarea que resulta imprescindible para promover lazos de trabajo y solidaridad entre las naciones del mundo.
