La discontinuidad de los controles de personas con enfermedades crónicas durante el período de pandemia es un comportamiento que de persistir podría tener consecuencias graves en la salud de una gran parte de la población. 


El temor a asistir a instituciones de salud por posibles contagios del virus ha hecho que mucha gente con patologías crónicas o agudas hayan suspendido sus tratamientos o están recurriendo a consultas tardías que en ocasiones no alcanzan a evitar el agravamiento de la respectiva enfermedad. 


El fenómeno del Covid-19 no debe ser motivo para descuidar la salud ni ignorar síntomas que después pueden derivar en serios trastornos, en algunos casos, difíciles de tratar cuando se encuentran muy avanzados. Profesionales en distintas especialidades sostienen que en nuestro país no hay motivos para que las personas no sigan los tratamientos de sus patologías crónicas. Las instituciones de salud como los hospitales públicos o clínicas privadas están en condiciones de asegurar los tratamientos garantizando la asepsia necesaria. Sólo hay que tener en cuenta que el hecho de ajustarse a los protocolos de prevención determina la necesidad de sacar turno anticipadamente y respetar las disposiciones en vigencia referidas al modo de atención y estudios a realizar. 


Entre las enfermedades que presentan más problemas de discontinuidad figuran las cardiovasculares y las cerebrovasculares. El hecho de no acudir oportunamente a los controles correspondientes está determinando un aumento de los casos de infartos cardíacos, la principal causa de muerte en la Argentina, y de los ACV (accidentes cerebrovasculares) tanto leves como moderados o severos, que son la cuarta causa de muerte en el país y primera causa de discapacidad. 


Dentro de las enfermedades cardiovasculares, la falta de control clínico puede determinar un agravamiento en pacientes con infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial severa o tabaquismo. Todas estas patologías suceden independientemente de estar o no infectados con coronavirus y pueden ser causal de muerte, inclusive, antes de que puedan contagiarse de Covid-19. 


Existe actualmente la alternativa de seguir estas enfermedades y no caer en la discontinuidad de tratamientos, mediante controles médicos tradicionales presenciales o a través de la telemedicina, una actividad que ha crecido considerablemente en el transcurso del año. No abandonar los tratamientos médicos corresponde a un compromiso no sólo personal sino también familiar y social, teniendo en cuenta las graves implicancias que tiene un fallecimiento por una enfermedad tratable o una discapacidad evitable.