La mayor parte de la arboleda que distingue a los oasis de los valles de la provincia de San Juan, incluido el gran Valle de Tulum, ha sido plantada por la mano del hombre, lo que lleva a inferir que sin la protección del propio hombre esos ejemplares corren peligro de desaparecer. Uno de los aspectos más perjudiciales para los árboles es la falta de agua, por lo que si para la próxima temporada 2020-2021 está pronosticada una importante merma en el caudal de los ríos por escasas precipitaciones níveas en la alta cordillera, esto implica que la arboleda está ante el inminente peligro de sucumbir por deficiencias en el riego, que deriva en lo que se denomina estrés hídrico en los árboles. Este fenómeno se da especialmente en la temporada estival cuando se conjugan condiciones de altas temperaturas, inexistencia de precipitaciones y la falta de humedad ambiente, sumado a una deficiente regularidad en los riegos. Los árboles que más lo sufren son los que desde comienzo de temporada empiezan a tener un riego deficiente, ya sea por el mal estado de la red de riego o la inexistencia de acequias y canales, sin los cuales se hace muy difícil hacer que un árbol de cualquier edad crezca o se mantenga en buenas condiciones.


En lo que es considerada una de las peores crisis hídricas de la historia de los últimos 100 años, desde que el Departamento de Hidráulica hace mediciones de caudales, hay que prepararse para afrontar una temporada en la que el estrés hídrico estará presente con insospechadas consecuencias para el arbolado público que no recibirá el agua necesaria para su mantenimiento.


Los valores de los caudales que se están manejando son contundentes ya que mientras en la temporada 2019-2020, en promedio, estuvieron en el orden de los 659 y 700 hm3, para la temporada 2020-2021 se han pronosticado 550 hm3, una disminución que es notable y que traerá graves consecuencias para las distintas actividades que dependen del recurso hídrico. Esto mismo es lo que hizo que los derrames que estuvieron en el orden de los 1.150 hm3 pasen a a los 920 hm3, que es lo que se prevé se podrá disponer para la próxima temporada.


Todo esto es lo que genera la necesidad de que todos los organismos oficiales, municipios, Departamento de Hidráulica, Secretaría de Estado de Ambiente y Recursos Sustentables, junto a regantes y los vecinos en general, instrumenten acciones para garantizar que el agua destinada al riego del arbolado público llegue a cada uno de los árboles de la mejor manera posible. Cada una de las partes debe hacer su mejor esfuerzo para que la red de riego provincial se encuentre en óptimas condiciones evitando canales y acequias rotas o que sean sean utilizadas como depósito de residuos, como ocurre en varios puntos de la provincia.