Si bien el Covid-19 es una enfermedad letal provocada por el coronavirus que mantiene en vilo a la población mundial, hay otros padecimientos que acechan la salud y que en la práctica han pasado a un segundo plano, a pesar de las advertencias realizadas oportunamente por las autoridades de Salud Pública. Los virus de la influenza, el dengue y el sarampión, pueden presentarse simultáneamente con el Covid-19 y en determinadas circunstancias también pueden ser letales.


La necesidad de extremar las precauciones ante estos otros virus, es porque la población en general está dando muestras de que no se está preocupando por su propagación, dejando de lado acciones preventivas como la vacunación o la detección de síntomas que, si bien, son muy parecidos a los del Covid-19, advertirlos oportunamente puede ayudar a tratar debidamente la enfermedad. 


En el hemisferio Sur hemos iniciado la temporada de invierno que es proclive para que esos virus ataquen a la población en general, con predominio sobre los adultos mayores y también sobre los niños. Las bajas temperaturas sumadas a la presencia de los virus hace que estos dos grupos etarios puedan contraer con facilidad dengue e influenza dos enfermedades que pueden juntarse con el Covid-19.


Hay zonas de Latinoamérica donde ya se han dado casos de pacientes que adquirieron Covid-19 y también dengue, por lo que se les ha comenzado a denominar como enfermos de "covidengue". Los científicos que estudian este fenómeno han llegado a la conclusión de que el "covidengue" puede derivar en complicaciones muy graves y hasta fatales para los pacientes infectados.


Desde las áreas pertinentes de Salud Pública de la provincia, ya se ha venido advirtiendo sobre esta conjunción de virus y en este sentido se están realizando operativos de vacunación múltiples con las que se espera hacer frente a este fenómeno.


Ante esta situación es importante que la gente, ante la similitud existente, conozca bien cuáles son los síntomas de cada una de las enfermedades para informar debidamente a los médicos y evitar tratamientos erróneos que pueden llegar a ser contraproducentes para la salud. Pero lo más importante es la tarea preventiva para no contraer ninguna de estas enfermedades, consistente en seguir todos los protocolos de seguridad, acatar las recomendaciones emanadas de las autoridades sanitarias, y desarrollar hábitos de higienes, tanto personal como en el hogar, para que estos virus no cuenten con sitios apropiados para su desarrollo.