Desde que el coronavirus causante del Covid-19 comenzó a propagarse de China al resto del mundo, la pandemia ha dejado, además de millones de infectados y cientos de muertos, una serie de pautas que conviene tener en cuenta para futuras crisis sanitarias que puedan afectar al mundo y a nuestro país en particular. La necesidad de fortalecer los sistemas sanitarios, mejorando los servicios de salud desde el aspecto más básico, como es el funcionamiento de los puestos sanitarios, a los que hay que equipar debidamente para que cumplan con su objetivo de atención primaria de la salud, para luego avanzar con el resto de los centros de salud, es una de las tareas prioritarias a las que los gobiernos deben abocarse para poder contener este tipo de contingencias. En el caso de la Argentina los primeros casos de Covid-19 encontraron al país con un deficiente sistema sanitario, hospitales en mal estado, con falta de equipamiento, escasos presupuestos y personal médico y de enfermería insuficiente.


Otro de los problemas revelados por la pandemia es el de la pobreza y las malas condiciones en que viven los sectores más vulnerables de la población, precisamente aquellos que han resultado más afectados por los contagios de un virus que avanza ante la falta de higiene y deficiente condiciones de salubridad. Estos factores son propios de los barrios populares que carecen de servicios básicos como agua potable, cloacas y electricidad. Según los últimos relevamientos el 22% de la población del país no tiene acceso a la red pública de agua y cuatro de cada diez personas no tiene cloacas. Además, más de la mitad de la población que reside en asentamientos o barrios populares no cuenta con conexiones aprobadas de electricidad o carece de ella. Todo esto tiene un alto impacto en la salud pública.


La carencia de sistemas de provisión de agua potable es uno de los problemas más graves que afecta al creciente número de barrios populares de la Argentina, en los que también la falta de cloacas y electricidad contribuyen para que esos sectores corran el riesgo de que este tipo de patologías infectocontagiosas proliferen peligrosamente si no se aborda con decisión un plan de obras que lleve a solucionar todos estos problemas.


Han pasado décadas de engañosos anuncios de obras destinadas a mejorar el sistema de salud y el de saneamiento en distintos distritos del país que ahora, evidentemente, se han revelado como insuficientes y demuestran porque hay tantos sectores de la población que está viviendo en condiciones sanitarias poco propicias.