El aceite de oliva virgen extra y el dulce de membrillo rubio de San Juan son dos productos de nuestra tierra que si bien afrontan una situación muy delicada, al haber disminuido su producción como consecuencia de una serie de factores negativos que están afectando las plantaciones, no han perdido el prestigio que los distingue ni los mercados para su exportación. No obstante, los representantes de los sectores involucrados en estos rubros deberán implementar acciones ante las perspectivas de que la temporada 2023 seguirá siendo negativa por la poca disponibilidad de agua para riego, uno de los factores que más han incidido en los bajos rindes y tamaños.


En nuestra provincia el aceite de oliva virgen extra es importante porque representa, después de la vid, uno de los productos más codiciado por los mercados internacionales, a tal punto de que San Juan es el primer productor de AOVE (esta palabra es un acrónimo que procede de las siglas de Aceite de Oliva Virgen Extra) en Cuyo y todo el país, exportando actualmente el 32% de todos los despachos que salen de la Argentina. Diversos problemas ambientales sumados a la crisis hídrica que afecta gravemente a la provincia y a otras partes del país, ha provocado en estos últimos años una disminución paulatina de los rindes que amenaza con profundizarse. También está el tema de los precios de las exportaciones y la necesidad de controlar la oferta y la demanda para mejorar las condiciones de comercialización. 


Con el membrillo pasa algo parecido aunque en otras dimensiones. La sequía histórica, los fuertes vientos y algunas heladas tardías de finales del año pasado redujeron los rindes de esta fruta en un 30%, como también el tamaño. Pero como el membrillo no se consume directamente sino a través del tradicional dulce, estos problemas no han afectado el prestigio del denominado "Dulce de Membrillo Rubio de San Juan" que sigue siendo muy requerido. En este marco, y para promocionar este producto este año se reeditará el tradicional concurso "Membrillos del Sol" organizado por el Gobierno y la Universidad Católica de Cuyo. 


Entre las medidas conducentes para hacer frente a los problemas que están afectando a estos productos está la de agregar valor mediante la presentación de envases y envoltorios y promocionar sus virtudes. Mejorar su presentación como también facilitar su comercialización y mejorar su calidad a través de la investigación y desarrollo tecnológico es lo que sustentará su prestigio y valor comercial.