Con el inicio del período de mayor escurrimiento de nieve en la alta cordillera sanjuanina se están confirmando los pronósticos de que en esta temporada habrá una gran sequía en toda la provincia. Los registros del Departamento de Hidráulica son contundentes y permiten observar que durante el invierno fueron muy escasas las precipitaciones níveas y que en la actualidad, los caudales que están ingresando a los diques no son suficientes para mantenerlos en niveles aceptables.


El Río San Juan, históricamente ha estado recibiendo en las últimas décadas, entre octubre y marzo, un promedio de 86,2 metros cúbicos por segundo. Actualmente ese valor ha descendido a los 23,5 metros cúbicos por segundo, lo que demuestra que será una etapa muy dura, de bajos caudales en la que tanto las autoridades como la población en general deberán tomar medidas de ahorro en el consumo, para garantizar que el agua alcance para todos sus fines, ya sea el riego de cultivos, consumo humano o actividades recreativas.


La sequía que ya comienza a notarse precisa de una campaña oficial que apunte a concientizar a la población sobre la necesidad de ahorrar en el consumo de agua en distintas áreas. Los productores deberán optimizar los sistemas de riego implementando -para quien todavía no lo tenga- la modalidad por goteo, que contribuye a un efectivo ahorro y optimización del recurso hídrico. En San Juan, el 42% de las 57.019 hectáreas cultivadas ya cuentan con riego por goteo, por lo que con un nuevo impulso y apoyatura crediticia se podría mejorar este porcentaje haciendo que este sistema de riego se generalice.


El resto de las recomendaciones son las que habitualmente se hacen para evitar el derroche del recurso hídrico, poniendo énfasis de que estamos en un año de régimen "seco" que puede llegar a prolongarse en el tiempo, a consecuencia del cambio climático que se está experimentando en todo el planeta.


Entre los consejos no se puede dejar de recordar que hay que evitar el derroche de agua en la higiene personal, lavado de utensilios, limpieza de veredas, lavado de automóviles y otras tantas actividades en las que generalmente se utilizan muchos litros de agua.


También se debe comprometer seriamente a organismos como el Departamento de Hidráulica, los municipios y OSSE, para que estén más atentos a los problemas de desbordes de canales y acequias o de pérdida de cañerías, que en ocasiones provocan el derroche de miles de litros de agua en sectores que quedan anegados, en perjuicio de los propios vecinos.