En el marco de la 47º Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Cancún, México, se generó un duro enfrentamiento entre la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, y los representantes de EEUU y México, países que comparten la idea de crear un "grupo de contacto" a fin de intervenir en la crisis del gobierno de Nicolás Maduro. Mientras el representante estadounidense, John Sullivan, reclamó a la OEA una resolución sobre la crisis en Venezuela, la canciller dijo que Caracas desconocerá cualquier resolución y que el "grupo de contacto" planteado es inútil e innecesario. Además dijo que la única forma que EEUU podría imponerlo sería enviando sus marines, que tendrían en Venezuela una respuesta contundente. Acto seguido se retiró de la reunión.
La Comisión Mexicana de Derechos Humanos, organismo responsables de la propuesta del "grupo de contacto", tras el retiro de la canciller sostuvo que no puede repetirse en ningún Estado de América Latina lo que se está viviendo en Venezuela. La advertencia tiene por objeto dejar en claro que la OEA seguirá insistiendo en que el resto de la comunidad internacional intervenga en la "crisis humanitaria" venezolana.