Según la etimología de la palabra "valor” este vocablo proviene del latín "valere" que significa fuerza o fortaleza. Los valores son atributos que las personas, individuos o grupos, pueden o no poseer, y que son importantes para convivir en armonía. Estos son principios con los que se rige una sociedad o grupo de personas para lograr un bienestar común y colectivo. Se les considera como algo positivo y de gran importancia.

Dicen que toda evolución es buena, pero también sería bueno involucionar en el tiempo, el tiempo donde existía el, "gracias", "por favor", el respeto irrestricto a la autoridad, a los que peinaban "canas", a ofrecerle el asiento, en el colectivo, a nuestros mayores, a las "abuelas", a una mujer embarazada o el gesto caballeresco de ofrecerle el asiento a una mujer, tenga la edad que tenga, por el solo hecho de ser mujer. Época donde los padres no se embriagaban ni pronunciaban "insultos" delante de sus hijos, porque ellos "predicaban con el ejemplo". Los valores que nos han inculcado o hemos aprendido nos ayudan a convivir en todos los entornos, en la familia, el trabajo, la sociedad, etc. Estos valores determinan las prioridades que tenemos como personas, y en el fondo, nos permiten saber si el camino que estamos siguiendo es el correcto y podemos considerar que son la base de la felicidad.

En este sentido, las personas que disponen de valores en relación al entorno y a la sociedad se pueden desenvolver mejor en distintos ámbitos ya que tienen claro cuáles serán sus acciones, o "no acciones", ante un determinado acontecimiento. Por el contrario, una persona que no disponga de valores tendrá una vaga idea de cómo responder ante una situación dada y su comportamiento y actitud serán imprevisibles o egocéntricas y, por lo que en general, no serán las más adecuadas.

Partiendo de la base que todas las personas tienen la misma capacidad humana, y, por tanto, todas pueden desarrollar el mismo sistema de valores, es evidente y manifiesto que unas personas lo desarrollan y otras no.

La solución y respuesta es una sola, y está en la "educación", no solo la que se brinda en las escuelas, cuyo fin primario es la instrucción, sino, sobre todo, también en el hogar, es allí donde comienza todo, es allí donde se deben inculcar valores éticos y morales a los niños. Pero también debemos exigir que nuestros dirigentes también lo hagan, siendo austeros, transparentes, honestos, diligentes, la moral debe impregnarnos como lo hace una cascada de agua de río, de arriba hacia abajo y "ese bajo", son nada más ni nada menos que los niños.

"Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización” sostenía Domingo Faustino Sarmiento.