El Ministerio de Hacienda está proyectando profundos cambios impositivos que presentará formalmente el mes próximo al Congreso para su tratamiento, que incluye Ingresos brutos, impuestos laborales no salariales y el denominado "impuesto al cheque” los tres principales tributos regresivos, sin conocerse lo que sucederá con el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El objetivo básico es derribar los escollos impositivos y la burocracia estatal, causantes de la lenta recuperación económica debido al estancamiento del aparato productivo. Vale el ejemplo de una multinacional del comercio electrónico decidida a instalarse en Buenos Aires, que giró su plan regional hacia Chile cuando calculó que de cada 100 dólares que invertía en nuestro país, 40 dólares se iban en impuestos y trámites burocráticos.
El desafío de bajar impuestos en un contexto de déficit fiscal implica grandes riesgos políticos, pero es necesario intentarlo dentro de las reformas estructurales anunciadas por el presidente Mauricio Macri. Además, toda reforma tributaria trascendente debe involucrar a las provincias y los municipios, una cuestión compleja pero ya encarada mediante la ley de responsabilidad fiscal.
Nuestra presión tributaria es una de las más altas y con inequidad del mundo, que repercute en todos los órdenes de la economía incluyendo impuestos de emergencia que quedan para siempre y castigando a la generación de riqueza, al consumo, y a las clases menos pudientes. Todo para atender la demanda de un Estado ineficiente y deficitario.
Pero la rebaja impositiva también es una preocupación en las naciones desarrolladas, caso de los Estados Unidos donde el gobierno acaba de anunciar una histórica reducción de impuestos a las compañías locales y a la clase media estadounidense, pese a tener un déficit fiscal cercano a los 20 billones de dólares y difícil de resolver.
Sin embargo tanto Trump, como Macri, apuestan a superar lo que parecería un despropósito recaudatorio, confiando en el crecimiento económico que generarían las reformas impositivas, lo cual significaría una mayor recaudación fiscal relativa a pesar de las menores tasas tributarias.