La implementación del horario corrido en el comercio sanjuanino es una iniciativa que no puede prosperar ya que está totalmente en contra del desarrollo del sector, en momentos en que el comercio necesita imperiosamente
mejorar sus niveles de ventas. La experiencia de atender de corrido implementada a mediados del año pasado, en plena pandemia del Covid-19, demostró que no se puede ir en contra de la idiosincrasia del pueblo sanjuanino acostumbrado a la pausa de la siesta, ya que el resultado fue una drástica caída de la ventas. En esa ocasión, como se venía de una cuarentena bastante prologada en que sólo habían tenido oportunidad de trabajar los negocios de venta de alimentos y ferreterías, entre otros rubros considerados esenciales, al autorizarse el horario de corrido no se tuvieron en cuenta los bajos niveles de venta ya que lo importante era reanudar las actividades. Pero ahora, que el comercio ha restablecido su ritmo, atender de corrido implicaría una reducción de ventas por menor afluencia de público, situación que puede llegar a determinar la reducción de personal o cierre definitivo del local.
El Centro Comercial de San Juan analizó seriamente las alternativas que se han abierto en torno al pretendido horario corrido de atención al público, que va de las 9 a las 16 horas. El resultado fue negativo para la actividad por lo que aconsejó no implementarlo para evitar efectos catastróficos en el sector.
Uno de los fundamentos que determinan la no conveniencia del horario corrido se basa en que "la provincia de San Juan posee una característica diferenciadora respecto a otras zonas del país por su alta incidencia solar en época estival, lo que lleva a adoptar recomendaciones de salud de protección a la exposición solar y a las altas temperaturas, obligando a efectuar un corte en el horario de trabajo en las horas picos de temperatura".
El horario corrido pretendido por el Sindicato de Empleados de Comercio de San Juan y otras entidades similares que funcionan en los departamentos, es un viejo anhelo de ese sector que pretende ser implementado por ley sin tener en cuenta que más importante que los horarios de trabajo de los empleados de comercio son los horarios del público que difícilmente vaya a cambiar hábitos y costumbres, como salir a hacer compras por las mañanas temprano o por la tarde a última hora cuando el calor del verano se hace menos intenso.
Para la gente el horario corrido no contribuye en nada ya que se trata de un "tiempo muerto" que no es aprovechado ni considerado una ventaja.
