Más allá del esperado reinicio de las actividades escolares programado para la segunda semana de este mes, hay otro puñado de actividades que también esperan impacientes su habilitación, tras la cuarentena impuesta a consecuencia de la pandemia del Covid-19. Entre ellas están las actividades deportivas con presentaciones en distintos escenarios y, como complemento del turismo interno, la habilitación de los campings y de los sitios religiosos como los que están ubicados en los parajes de la Difunta Correa, en Caucete; Ceferino Namuncurá, en San Martín y San Expedito, en la localidad caucetera de Bermejo. Para cada uno de ellos se ha elaborado un protocolo especial ya que son lugares de masiva concurrencia de público donde se pueden producir aglomeraciones desvirtuando el principio de distanciamiento social que se aconseja como una de las medidas para evitar el posible contagio del virus.


En el caso de la Difunta Correa, que junto al Valle de la Luna es uno de los centros turísticos más visitados de la provincia, su cierre al público durante los últimos cuatro meses tuvo graves consecuencias en lo económico y social, tanto para los comerciantes como para la población en general de la zona, acostumbrada a vivir del gran movimiento que suele tener este lugar anualmente visitado por cientos de miles de personas, entre devotos y turistas.


El protocolo elaborado para que estos sitios sean habilitados nuevamente, contempla una serie de requisitos como la cantidad de personas que pueden visitarlos, con ingreso restrictivo a la capilla, en el caso de San Expedito, o ascenso limitado a pequeños grupos al monumento de Ceferino Namuncurá que está en una de las lomadas del cerro Pie de Palo. En el caso de Vallecito se controlará en forma permanente la circulación de la gente por todo el paraje, como también el ascenso y descenso de quienes quieren llegar hasta la gruta donde está la imagen de Deolinda Correa, que ahora estará detrás de un vidrio para evitar que la gente la toque directamente con sus manos. También se controlará el uso de parrilleros y galpones tanto en horario como en la cantidad de personas que concurran. Respecto de los camioneros que ingresan al paraje por tradición se ideará un sistema para que estas unidades no impliquen ningún riesgo al pasar por el lugar.


De todas formas, el éxito de la habilitación de estas actividades, más allá de estar debidamente controladas, dependerá del comportamiento de la gente. Es decir, de la responsabilidad social que le corresponde a cada individuo como integrante de esta sociedad, actitud vinculada directamente a los valores sociales y morales preexistentes y no porque se los exija compulsivamente.