Desde que comenzó la actual gestión del Gobierno nacional se viene hablando de las pequeñas y medianas empresas (Pyme) como el motor de la economía, que requiere un trato preferencial para ayudarlas a salir de la caótica situación en que se encuentran. Todos los discursos oficiales hacen mención a los esfuerzos que se realizan a favor de este sector que representa al 98% de las empresas existentes en el país, pero el panorama no mejora en la medida de lo esperado.


Uno de los desafíos que se ha planteado la Secretaría de Emprendedores y Pymes es poner a estas empresas en agenda y hacer que las grandes industrias se comprometan con el desarrollo de la cadena de valor de las pymes, que son clientes o proveedores de las primeras. El objetivo es incentivarlas a crecer y a inscribirse en el registro digital oficial para acceder a los beneficios para el sector. Actualmente hay unas 300.000 empresas anotadas, pero en él hay 852.493 pymes concentradas en los sectores de servicios (37%); comercio (24%) e industria y minería (21%). No obstante se considera que el país tendría que tener por lo menos un millón de pymes para asegurar un aceptable desarrollo económico.


Para promover este crecimiento se cuenta con algunas herramientas como la ley Pyme, que contempla la eliminación del Impuesto a la Ganancia mínima presunta; el diferimiento del pago del IVA a 90 días y créditos estímulos para la inversión. Evidentemente todos estos instrumentos no alcanzan para llevar tranquilidad a un sector que desde hace tiempo viene soportando la crisis. Hay otras medidas que podrían implementarse como la reducción de los costos laborales o reducciones impositivas que alienten al crecimiento y desarrollo de las empresas. En tanto habrá que insistir con otras estrategias, como la de simplificar las exigencias a las pymes exportadoras, teniendo en cuenta que en el país el 89% de las empresas que exportan son pymes.


El problema que está generando esta situación, en gran parte es burocrático y debería combatirse simplificando los trámites que actualmente se exigen para exportar.


Este nuevo esfuerzo sumado a la necesidad de las pymes de demostrar que son la base de la economía del país, exige seguir apoyando a este sector que está ramificado hasta en los lugares más remotos de la Argentina.