Tuvieron que morir en forma descomunal 34 cóndores, un puma y otros tantos animales, para que el tema de la necesidad de preservar y proteger la fauna autóctona de la región andina tuviera trascendencia a nivel nacional, ya que de un tiempo a esta parte se conoce que hay una disminución considerable de animales de diferentes especies protegidas, sin que las autoridades ambientales provinciales o nacionales se muestren preocupadas en frenar este proceso que avanza irremediablemente.

En esta ocasión, todo parece indicar que la muerte de los cóndores y demás animales fue por envenenamiento provocado por puesteros de la localidad de Los Molles y el Sosneado, quienes presumiblemente actuaron con el objetivo de matar a los pumas o zorros existentes en la zona y terminaron envenenado a varias decenas de uno de los animales más preciados de la región.

El Cóndor Andino (“Vultur gryphus”), encuentra en esta zona del país lo que se denomina un corredor biológico, en el que se pueden reproducir garantizando la continuidad de la especie. Hay ejemplares capaces de volar en amplios radios uniendo las provincias de Mendoza y San Juan y llegando hasta Chile. El número de cóndores muertos nos coloca ante un hecho sin precedentes, ya que superan ampliamente la cantidad de estas aves que habitan actualmente en Venezuela y representan casi la mitad de los que hay en Ecuador, donde se los considera en peligro de extinción.

De ahí el valor que tienen estos animales para los organismos estatales, fundaciones u organizaciones ambientalistas que trabajan por la biodiversidad en el planeta, evitando la depredación por parte de los humanos.

En este caso, más allá de determinar quiénes son los responsables de semejante atrocidad y aplicarle las sanciones prescriptas en las leyes en vigencia creadas para proteger esta especie, es necesario generar leyes que garanticen el seguimiento del uso de los agrotóxicos, como el utilizado en este hecho. Actualmente no existen en el país normas legales que permitan seguir estos productos después de su venta, siendo que son muy peligrosos para todas las formas de vida, incluso la humana.

En la región de Cuyo y en nuestra provincia todavía tenemos la suerte de contar con lugares donde podemos observa animales autóctonos en su estado natural. No provoquemos que estos desaparezcan y que las generaciones futuras tengan que ir a un zoológico o a un reservorio para poder conocer estas criaturas.