Los sucesivos despojos al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) son una amenaza constante y muchas veces se logran mediante maniobras administrativas arteras o iniciativas parlamentarias, ya sea para desviar fondos del escaso presupuesto de un ente autárquico y autónomo que se mantenía con una cuota de las exportaciones del campo y se reemplazó el financiamiento incluyéndolo en el Presupuesto nacional, como dispuso Domingo Cavallo en la época menemista.
Pero el mayor daño al organismo es la expropiación de tierras en distintos puntos del país, con zarpazos sindicales, como ocurrió en la década el 90 en el predio del INTA Castelar para levantar un barrio, y así sucesivamente hasta los últimos movimientos políticos en Salta y Catamarca atribuyendo a un supuesto estado ocioso de los campos de las Estaciones Experimentales destinados a proyectos de investigación o de la producción rural. Lo que se debiera aclarar es que tal ociosidad es consecuencia de la falta de fondos por retacearlos el Ministerio de Agricultura.
Es lo que ocurre con una iniciativa del senador kirchnerista por Catamarca, Dalmacio Mera, ya con media sanción de la Cámara Alta, de cesión gratuita de un predio en el departamento Valle Viejo para un rediseño urbano, con un complejo deportivo y parquización. Lo que nunca dirá ese proyecto es que en los terrenos está previsto realizar un vasto desarrollo de investigación agropecuaria para mejorar la economía regional y hacer más competitivos a pequeños y medianos productores.
Los embates políticos a las propiedades del INTA son similares a los que viene soportando la Escuela de Fruticultura y Enología de San Juan a través de los años, con despojos sucesivos sin ningún resarcimiento, y ocupaciones ilegales. Hasta la Casa de Gobierno ocupó "provisoriamente" el lugar tras el terremoto de 1944 y nada parece cambiar para fortalecer patrimonialmente al establecimiento fundado por Domingo F. Sarmiento.
El INTA es un pilar del desarrollo agropecuario y del potencial del campo argentino gracias a los investigadores y extensionistas. Además da lugar a las prácticas de los estudiantes de Agronomía y biotecnología de varias facultades, realizan sus tesis y cuenta con un plantel profesional y personal especializado de prestigio internacional. Y muchos pueblos del país han crecido al amparo de los conocimientos aportados por ellos.
