Es una realidad que la mayoría de los servicios penitenciarios del país y de la región tienen problemas estructurales y grandes desafíos en materia de política carcelaria, que los llevan a experimentar mejoras en sus dependencias a fin de poder cumplir con los objetivos fijados para la población carcelaria. Si bien Argentina se ubica entre los países de Latinoamérica con la más baja tasa de encarcelamiento, esto no quiere decir que los penales no se encuentren saturados de internos lo que muchas veces ocasiona numerosos problemas por el hacinamiento y por las dificultades para aplicar las políticas de recuperación que compete a estos organismos.
Nuestra provincia no escapa a esta situación y es en este sentido que tomó la decisión ya hace algunos años de mejorar la infraestructura del actual penal de Chimbas y disponer la construcción de una nueva unidad penitenciaria en un predio de 130 hectáreas ubicado en el departamento Ullum, en las inmediaciones de la Ruta 40 a la altura de la zona de Matagusanos. Con esta obra, es propósito del gobierno contar con una dependencia carcelaria de más de 80.000 m2 que se ajuste a las exigencias dispuestas por la Constitución Nacional y a los estándares internacionales respecto a los institutos penitenciarios, considerando que no pueden ser lugares de castigo, sino de recuperación y resocialización de quienes estén privados de la libertad.
El nuevo servicio penitenciario es una obra pensada para descomprimir el Penal de Chimbas que está sobrepoblado con más de 1.800 internos, por ello la necesidad de agilizar su construcción para poder contar en breve con esta obra. La idea es albergar a unos 1.220 internos en un centro que de acuerdo a lo previsto debería ofrecer mejores condiciones de rehabilitación.
El Ministerio de Gobierno a través de la Secretaría de Estado de Seguridad y Orden Público conoce que es necesario contar a la brevedad con la nueva unidad penitenciaria ya que es lo que va a permitir la correcta ejecución de las penas privativas de libertad.
La ampliación del Servicio Penitenciario local debe traer aparejado una más eficiente atención y rehabilitación de los internos, haciendo posible que incorporen hábitos como el trabajo, capacitándose en distintas disciplinas, especialmente las que estén orientadas al cultivo frutihortícola con espacios para quintas y chacras. También mediante la enseñanza de oficios varios como mecánica, carpintería y albañilería, básicas para una rápida inserción en la sociedad, una vez que hayan cumplido su pena. La educación, la salud y el deporte también deben tener su espacio entre la población carcelaria, dando la posibilidad de estudiar y desarrollar habilidades que ayudan a una reinserción efectiva.
