La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en breve se iniciarán en Noruega y España pruebas en pacientes afectados por el nuevo coronavirus, empleando terapias para otras enfermedades que podrían servir para atender la pandemia, pero alertó sobre el riesgo de aventurarse en tratamientos oficiales y privados carentes de certeza clínica, mientras se espera una vacuna que podría estar lista en un año y medio, por lo menos. El titular de la agencia sanitaria de las Naciones Unidas, Tedros Adhanom Ghebreyesus, salió al cruce de países e individuos que aseguran tener curativos sin ningún sustento científico ni práctico para detener y curar el Covid-19.


Sin nombrarlo, el mensaje estaba particularmente dirigido al presidente norteamericano Donald Trump que la semana pasada dijo tener una droga que puede "cambiar el juego" en la lucha contra la enfermedad, refiriéndose a la hidroxicloroquina y hasta aseguró que la FDA, el organismo fiscalizador de medicamentos de EEUU, lo había aprobado, afirmación que este ente desmintió luego rotundamente. Es que la historia de la medicina está llena de ejemplos de fármacos que sobre la teoría o el tubo de ensayo funcionaban exitosamente, pero fracasaron en humanos, incluso con más efectos perjudiciales.


Es más, la OMS tiene en marcha el programa Ensayo de Solidaridad con el que casi medio centenar de países -incluyendo a la Argentina- comparten conocimientos para acelerar la búsqueda de vacunas y fármacos específicos para el coronavirus, de manera de ahorrar mucho tiempo para llegar a evidencias concluyentes de los medicamentos. Lo que inician los centros de salud españoles y noruegos afectados al operativo están en la fase de test clínico con cuatro tratamientos: uso del antiviral "remdesivir" para el ébola; los "lopinavir" y "ritonavir", utilizado en portadores de VIH, un tercero con antirretrovirales contra la esclerosis múltiple y la "cloroquina", citada por Trump, usada contra la malaria y el reumatismo y disponible en todo el mundo.


Es decir, son medicamentos que no han sido aprobados para prescribir la nueva enfermedad, pero que en algunos lugares los están utilizando ante una pandemia de alto impacto epidemiológico, sin que nadie pueda aseverar su efectividad. Por eso la verdadera prevención es el aislamiento social y el estricto respeto de la asepsia para evitar la propagación del mal, de acuerdo a las recomendaciones de la autoridad sanitaria.


Lo que sí es importante es inmunizarse contra la gripe, más en los profesionales de la salud, de seguridad, y la población más vulnerable que es prioritaria en ancianos, embarazadas y niños, como la campaña anual que se inicia en San Juan mañana dentro del operativo de prevención con la particularidad de la aplicación domiciliaria.