El ordenamiento en la Argentina desde el último año, ya se refleja en parámetros evolutivos de estudios internos y estadísticas internacionales que dan optimismo a una recuperación que tarda en llegar, pero avanza decididamente, según estas observaciones.

Tan importante como el encauzamiento de la economía para alcanzar metas de crecimiento, es conocer la transparencia que ofrece el país para recuperar la confianza perdida por más de una década.

Esta credibilidad se indica en el ranking anticorrupción 2016 que acaba de publicar la ONG Transparencia Internacional.
Argentina escaló 12 posiciones y se ubicó en el lugar 95º con respecto al 107º logrado en la medición del año anterior, aunque continúa lejos de Uruguay, en el puesto 21º y Chile (24º), los dos países más valorados de la región y cada vez más lejos de Venezuela (166º), el peor clasificado.

En el análisis de la entidad se indica que este tipo de corrupción a gran escala y sistémica redunda en violaciones de derechos humanos, frena el desarrollo sostenible y favorece la exclusión social. Y nuevamente los países nórdicos encabezan la clasificación con Dinamarca en primer lugar.

Por otra parte, diferentes consultoras privadas coinciden en observar una baja sostenida de la inflación, tras cerrar 2016 con una suba de precios del orden del 40 por ciento. Ahora se ubica en la mitad, de acuerdo con las estimaciones oficiales acerca de que hay un principio de recuperación de la economía.

Con estas proyecciones la inflación macroeconómica se ubicaría en la zona del 20%, ya que tras el inevitable reacomodamiento de precios en 2016, el país está volviendo a una inflación de 23 puntos como la registrada en promedio al comienzo de la década anterior. Y de seguir este comportamiento en lo que resta del año, puede impulsar un 17% de inflación en 2018, dicen los especialistas.

Finalmente se debe destacar el mayor impulso exportador argentino de bienes primarios, con un superávit comercial de 2.128 millones de dólares el año pasado, después del saldo deficitario en 2015. En este contexto se observan las menores importaciones de 2016 por fluctuaciones de la balanza y el impacto brasileño.