La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) fue creada en 2008 como un proyecto progresista del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y apuntalado por otros líderes regionales con afinidades ideológicas como el brasileño Lula da Silva, el fallecido presidente argentino Néstor Kirchner, y los entonces mandatarios de Ecuador, Rafael Correa; de Chile, Michelle Bachelet, y de Bolivia Evo Morales. El grupo contó con 12 estados miembros, que no pudieron ponerse de acuerdo sobre la designación de un nuevo secretario general tras el fallecimiento de Kirchner, desatando una crisis interna en 2017 con renuncias masivas un año después, como las de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, suspendiendo su participación y financiamiento.


Luego vinieron otras deserciones, incluso de Ecuador donde está la sede de la Unasur con un colosal edificio y país depositario del Tratado regional, no sabe qué hacer con el equipamiento, archivo y mobiliario utilizado. Hasta la estatua de Kirchner, primer secretario general, fue a parar del acceso a los sótanos y el inmueble fue ocupado por la universidad local. La última renuncia, la de Uruguay, se conoció esta semana por decisión del presidente Luis Lacalle Pou, y la Unasur queda conformada solamente por Venezuela, Guyana y Surinam, totalmente acéfala e insostenible.


El pensamiento chavista nunca tuvo objetivos claros acerca del funcionamiento de este grupo de naciones, salvo buscar el debilitamiento multilateral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y desvirtuar los propósitos del TIAR, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, atacado por la izquierda como supuestos organismos funcionales a la hegemonía estadounidense. Tampoco la Unasur ofrece bases institucionales sólidas de manera de agrupar estratégicamente a sus miembros frente a una contingencia, ya que todo ha sido dialéctica y posiciones circunstanciales gracias a la afinidad ideológica de los gobiernos de izquierda que la fundaron.


Pero también muchos seguidores chavistas se preguntaron para qué fundar la Unasur si ya estaba la Alianza Bolivariana para América o ALBA, también creada por Chávez en 2004 y formada por países latinoamericanos y caribeños con énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social basada en doctrinas de izquierda. Este órgano multinacional también se fue eclipsando a medida que se aceleraba el despilfarro de los petrodólares chavistas, incluyendo las dádivas de Petrocaribe el ente venezolano de provisión de crudo a Cuba.


La única verdad institucional continental es la OEA, que el próximo 20 de marzo celebrará la Asamblea General extraordinaria para elegir al nuevo secretario general y fortalecer aún más el multilateralismo hemisférico.