Los sanjuaninos convivimos con el vandalismo y hasta se tolera como manifestación de la cultura del disconformismo social como en todas partes del mundo, caso de los grafitis que ensucian viviendas, edificios públicos, monumentos, señaleros y hasta contenedores de basura. 


El problema de las leyendas y dibujos anónimos del paisaje urbano y vial, es la resistencia de los esmaltes en aerosol y las dificultades para limpiar la mampostería. Sin embargo la limpieza puede disuadir a los vándalos y por eso es necesario aplicar en San Juan el modelo de la brigada antigrafitis que recorre la Ciudad de Buenos Aires para limpiar más de 150.000 fachadas en los barrios porteños. El operativo ya recuperó más de 32.600 frentes con un total de 554.790 m2, según datos oficiales. 


En San Juan esta tarea puede complementase con las brigadas de la limpieza urbana de la comuna capitalina, teniendo en cuenta que las pintadas en la vía pública son una preocupación de frentistas de comercios y viviendas. Vale la pena que los municipios encaren los trabajos junto a las otras prioridades derivadas del vandalismo.