La decisión del Gobierno nacional de incluir a Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas por su responsabilidad en el atentado contra la AMIA del 18 de julio de 1994, tuvo un eco casi inmediato en Estado Unidos donde el propio presidente Donald Trump anunció una campaña para dar con Salman Raouf Salman considerado el autor intelectual del ataque a la mutual judía y uno de los líderes de Hezbollah más buscado en todo el mundo. Dada la importancia de dar con el paradero de este terrorista el Gobierno norteamericano está ofreciendo una recompensa de U$S 7 millones.

Este operativo forma parte del acuerdo que ha sido reflotado por los gobiernos de Argentina y EEUU para luchar en conjunto contra el terrorismo en la zona de la Triple Frontera, en el límite de nuestro país con Brasil y Paraguay.

El anuncio de restablecer esta alianza estratégica, que supo estar en vigencia en los años ’90, lo efectuaron el canciller argentino Jorge Faurie junto al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quien estuvo el fin de semana en el país en un viaje que hizo especialmente para concretar el acuerdo y ofrecer el respaldo al presidente Macri en relación a la lucha contra el terrorismo que se ha planteado en el país.

La orden de captura de Salman Raouf Salman, también conocido como Samul Salman El Reda, es la repuesta más contundente que el gobierno argentino ha tenido desde el inicio de las investigaciones en torno al atentado de la AMIA, y está vinculada a que EEUU ha visto con buenos ojos que Argentina haya incluido dentro de la lista de organizaciones terroristas a Hezbollah. Eso motivó a que Pompeo destacara esta acción y manifestara que sería muy importante que los demás países latinoamericanos imitaran el ejemplo argentino.

Por estas horas Salman Raouf Salman está siendo buscado en todo el mundo, además de habérsele congelado los fondos de que dispone en EEUU para coartarle la posibilidad de toda actividad económica.

Respecto del acuerdo para la lucha contra el terrorismo entre los países de la Triple Frontera y EEUU, se ha alcanzado a establecer un mecanismo de seguridad regional, para la coordinación política y diplomática de la lucha contra toda actividad ilícita que se detecte en la zona. Se apunta fundamentalmente al delito trasnacional y a la financiación de grupos terroristas que puedan estar actuando desde este ámbito. Resulta positiva esta alianza desde el punto de vista que la región de la Triple Frontera cuenta desde ahora, para su control, con un aliado de vasta experiencia en la lucha contra el terrorismo internacional como es EEUU.