Donald Trump dispuso el retiro de las tropas estadounidenses establecidas en el norte de Siria, una zona controlada por la milicia kurda, y considerada bastión estratégico por el Pentágono, causando tanta sorpresa como críticas en el plano internacional, incluyendo a los propios aliados políticos y analistas norteamericanos por las consecuencias que tiene la decisión para Medio Oriente.


El mandatario justificó la medida en una serie de tuits expresando que es tiempo de que EEUU "salga de esta ridícula e interminable guerra", omitiendo justificar la operación en momentos en que Turquía prepara una avanzada contundente contra los combatientes kurdos establecidos en ese país. Esto se interpreta como una "traición" de Washington a las milicias que fueron fundamentales para derrotar al Estado Islámico.


Hasta destacados miembros del Partido Republicano se sorprendieron por la intempestiva medida porque va en contra de las recomendaciones del Pentágono y del Departamento de Estado, que consideraban importante mantener una pequeña presencia de tropas en esa región para frenar al EI. Hasta la mayoría republicana del Senado le advirtió a Trump que esto sólo beneficia a Rusia, Irán y al régimen sirio de Assad. Además cae el liderazgo estadounidense en la coalición internacional para derrotar definitivamente al extremismo islámico.


En realidad los analistas sostienen que EEUU nunca apoyó a los kurdos de Siria por razones humanitarias o de respeto a sus derechos culturales y políticos. El Pentágono solamente necesitaba un factor que le ayudara a derrotar al Estado Islámico sin tener que intervenir con tropas terrestres, algo que ningún país de la coalición quería hacer, es decir todo se centraba en intereses estratégicos.


Vale recordar que el pueblo kurdo es la minoría étnica sin Estado propio más importante de Medio Oriente con una población estimada entre 25 y 35 millones de personas que viven en una región montañosa que alcanza a cuatro países: Turquía, Irak, Irán y Siria, y un pequeño enclave en Armenia. Es un pueblo unido por una lengua propia y una cultura milenaria, mayoritariamente musulmán sunita, pero muchos profesan otras religiones y creencias.


Lo preocupante para Occidente es que los aliados dudarán en confiar en EEUU en el futuro y en el ámbito interno Trump ha roto con su propio partido, desautoriza a los altos mandos militares e ignora a los servicios de inteligencia, para beneficiar al presidente de Turquía en su búsqueda hegemónica y sumamente peligrosa para la paz mundial.