El giro político observado en Donald Trump, tras los 100 días de haber a sumido la presidencia de los Estados Unidos, sigue sorprendiendo porque tanto en cuestiones domésticas como en asuntos internacionales, la actual posición del mandatario es diametralmente opuesta a su provocadora retórica de campaña. 

Trump ha moderado sus actitudes de palabra y hechos, no sólo en la política interna donde la Justicia y el Congreso le marcaron los pasos más complicados, sino en el ámbito externo como lo demostró con inédita cintura diplomática en la gira por Oriente Medio, el Vaticano y la reunión del G7 en Italia. Ya no arremete contra el "radicalismo islámico" ni acusa a la religión musulmana de "odiar" a Estados Unidos sino observa la verdadera realidad del terrorismo, la inmigración y la emergencia climática que tiene en vilo al mundo. 

Sobre los niveles de reducción de emisiones contaminantes acordados por su antecesor, Barack Obama, Trump sostiene que ese compromiso puede ser devastador para el crecimiento económico de EEUU, que es la prioridad de su gobierno. Pero dará una respuesta al mundo en el curso de esta semana, comprometido ante el G7 a flexibilizar su posición. 

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, es uno de los primeros sorprendidos por el nuevo Trump. Al recordar que en los preparativos de la Cumbre se pensaba que EEUU iba a abandonar el marco del Acuerdo de París y que ninguna discusión sería posible, sin embargo ha percibido la "capacidad de escucha y voluntad de progresar” de su homólogo norteamericano, declaró. 

También llama la atención que Trump ya casi no utiliza Twitter, su principal arma de campaña. Desde que llegó a la Casa Blanca en enero, también ha limitado al mínimo sus discursos y contactos con la prensa para evitar errores y respuestas espontáneas que generen polémicas. Y evita hablar de la trama rusa, el despido del director del FBI y políticas globales incluyendo la saga mexicana. 

¿Estamos ante un nuevo Donald Trump, sereno y reflexivo lejos del temperamental magnate inmobiliario? Ojalá sea así, aunque hay gestos que lo delatan, como apartar de un empujón al primer ministro de Montenegro, para ocupar el primer plano en la foto del G7.