Por estos días, diversas organizaciones que representan a distintos sectores de la comunidad están manifestando su solidaridad con los que menos tienen, a través de campañas destinadas a recolectar y distribuir elementos con los que se intentan cubrir las principales necesidades básicas de los sectores más desprotegidos. La difícil situación socioeconómica reflejada en los índices de pobreza y desocupación, han hecho resurgir este espíritu solidario que apunta fundamentalmente a mitigar el hambre, como el fenómeno más preocupante de este momento, sin desconocer los efectos que provoca el invierno respecto a las carencias de la gente.


En nuestra provincia hay varias decenas de organismos y entidades de bien público que trabajan espontáneamente en campañas solidarias. A la reconocida labor de Cáritas Arquidiocesana, en cada una de las parroquias departamentales, se suma la tarea que realizan los clubes rotarios, agrupaciones juveniles partidarias, uniones vecinales, y otras organizaciones que se han formado en los últimos tiempos al advertir la caótica situación de determinados sectores. El esfuerzo de estas agrupaciones está centrado en mayor medida a proveer de indumentaria como ropa de abrigo, y no tanto los alimentos. Al tema del hambre o el de la falta de una adecuada alimentación, se lo está tratando de resolver a nivel país con otras iniciativas como la sanción de la ley que facilita la donación de alimentos por parte de hoteles, supermercados, fiestas, eventos sociales y empresariales. La norma exime de responsabilidad al donante desde el momento que los alimentos son entregados, y se basa en los fundamentos de la FAO que calcula que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician.


De todas formas es muy poco lo que se ha conseguido hasta ahora con esa ley y siguen habiendo bolsones de pobreza a los que no llegan los alimentos sobrantes. Se teme que esta situación se siga agravando en el futuro por lo que están surgiendo otras propuestas como "#HambreNo''. Se trata de una campaña para exigir a quien gane las próximas elecciones presidenciales que otorgue prioridad al problema del hambre, resolviéndolo en los primeros 100 días de su gestión.


Sin duda, ésta será una de las tareas más complicadas que tendrá el futuro gobierno, que precisará del apoyo de todos los sectores solidarios, para no quedar solo en una tarea en la que es necesario contar con la colaboración de la sociedad en su conjunto. Para ello se deberá prestar más atención a la labor que cumplen esas entidades de bien público canalizadoras de la ayuda que debe llegar a la gente.