Un país como el nuestro no puede estar desperdiciando sus esfuerzos en habituales y recurrentes conflictos sociales y económicos, que obstaculizan la posibilidad de salir adelante con un planteo serio de crecimiento y desarrollo. El accionar de los sindicatos, que no siempre actúan en favor de sus representados o por causas que no son específicas de sus actividades, está ocasionando en forma permanente interrupciones en labores que inciden en la vida diaria de los argentinos. A esto se suma las demostraciones de fuerza o manifestaciones callejeras de las distintas organizaciones sociales que periódicamente salen a la calle transgrediendo todas las normas y obstaculizando el normal desenvolvimiento de las personas que deben y necesitan trabajar para el sostenimiento de las estructuras del Estado.
Son muchas las muestras de desorden social que terminan afectando la sensibilidad pública, provocando que la mayoría de los argentinos se sientan desalentados y poco estimulados para seguir adelante con sus tareas diarias.
En estos días hechos de trascendencia como el paro dispuesto por la UOM que paralizó la planta de Techint que fabrica los tubos para el gasoducto Vaca Muerta, representa un serio atraso para el país. Más allá de que el conflicto esté o no resuelto, el planteo afectó a una de las obras en las que se tiene fundadas esperanzas de promover un crecimiento económico genuino.
El conflicto con los trabajadores del neumático que derivó en el desabastecimiento de ruedas y la posibilidad de que grandes empresas se fueran del país, incidió en el transporte de cargas y en las fábricas automotrices que de repente se encontraron con el faltante de un elemento clave para su producción. Hace muy poco la falta de gasoil también incidió en el transporte de cargas, lo que generó una ola de protesta en todo el país.
El acampe de piqueteros en el centro porteño en reclamo de trabajo genuino y un alza en los planes sociales obstaculizó el tránsito en el microcentro, exacerbando el ánimo de la población.
El episodio de la Fragata Libertad que por un paro del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos no podía llegar al puerto de Buenos Aires fue otro hecho que generó conmoción ante la intransigencia del gremio para llegar a un acuerdo.
Hay otros conflictos que también han contribuido a este estado de conmoción social como las demoras y cancelaciones en los principales aeropuertos por medidas de fuerza dispuestos por ATE y la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil de Argentina) y la toma de escuelas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Son conflictos que el país debería evitar en este proceso de reorganización económico-financiero y social que se ha emprendido a manera de salvataje de la Nación.
