Durante la recordación del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, una fecha en la que la ciudadanía debió resaltar los valores que sustentan nuestro régimen democrático, hubo un desagradable comportamiento por parte de sectores antagónicos al gobierno, que aprovecharon para descalificar y agraviar a las actuales autoridades, desconociendo la investidura del presidente Mauricio Macri. Estas manifestaciones, que contaron con la presencia de las líneas duras de la oposición, recibieron la condena social de la mayoría de los argentinos que, bajo ningún concepto, están de acuerdo con el hostigamiento que se ejerce, desde hace un tiempo, con piquetes, marchas y expresiones verbales que no contribuyen en nada a pacificar la Nación. Mucho menos en esta ocasión, en el que el "Nunca más” vinculado al último golpe militar de 1976 debía ser el común denominador de la recordación y no las manifestaciones de intolerancia a las actuales autoridades que se hicieron públicas. 

Una causa patriótica se convirtió en un acto de campaña, ratificado por frases como la de Hebe de Bonafini quien dijo ser "fanática del legado de Néstor y Cristina”; "vamos a volver” o "Basta de ser democráticos para ser buenitos”. El público que esperaba una enérgica defensa de las instituciones democráticas se encontró con discursos llenos de rencor e intimidaciones. Los helicópteros de color amarillo que circularon como si fueran los souvenir de una fiesta, pusieron en evidencia claras intensiones destituyentes, lo mismo que los carteles y pancartas portados por grupos de punteros sectoriales. 

Tras la condena social, lo que está faltando es que algunos de los organismos correspondiente, ya sea del Ejecutivo Nacional o de la Justicia dispongan las sanciones correspondientes por alterar el orden público; desconocer las autoridades o la investidura presidencial. De la misma manera que se ha actuado contra el secretario general de Movimiento Evita, el piquetero Emilio Pérsico, a quien un fiscal lo denunció por apología del crimen e incitación a la violencia, se debería hacer comparecer a todos los dirigentes que estuvieron el viernes en el acto capitalino y en los demás actos del país que siguieron lineamientos similares. 

No se puede permitir que en nombre del "kirchnerismo duro” o de una oposición con intensiones desestabilizadoras, se descalifique con groserías e insultos. Debemos acatar las reglas de la democracia y dejar que las autoridades elegidas por el pueblo gobiernen como corresponde.