El quinto paro general que la CGT y otros gremios adherentes realizarán durante la jornada de hoy a la administración de Mauricio Macri, en rechazo a su política económica, es una medida de fuerza que no tiene grandes fundamentos y que ocasionará un gran perjuicio a la sociedad en general, por las pérdidas económicas que una huelga de estas características provoca en todos los sectores de la vida nacional.


Por el lado de las empresas y las industrias, que están tratando de sobreponerse a la difícil situación por la que atraviesa el país, un día de inactividad trae aparejado numerosos inconvenientes, ya sea que se trate de empresas proveedoras o de producción de bienes y servicios. La cadena productiva se interrumpe y se reciente todo el sistema económico que se basa en esa actividad, generando menos ingresos y mayor recesión en un sector bastante golpeado.


Por el lado de los trabajadores, a los que se dice defender con una medida de esta naturaleza, el perjuicio está en que se les dificulta la llegada a sus habituales lugares de trabajo, haciéndolos incurrir en faltas indeseadas que, en muchos casos, afectan su presentismo o el deseo de cumplir con su labor, por entender que trabajando es la única forma de contribuir a solucionar los problemas que tiene el país.


El paro de hoy ha sido dispuesto por una dirigencia sindical que en los últimos años ha demostrado poca capacidad para el diálogo y los acuerdos en beneficio de los trabajadores, y que ha estado más preocupada en no perder protagonismo conservando sus privilegios y ganancias. Se trata de una conducción gremial que se ha escudado en una oposición que no ha sido muy convincente, además de haber estado inmersa en graves sospechas de corrupción que han dado lugar a investigaciones y causas judiciales, todas vinculadas al manejo de fondos, que han dejado mal parado al sector.


La proximidad de las elecciones presidenciales, en que el Gobierno se someterá a las urnas, es otro de los factores que no justifican un paro general en estos momentos. Todos los sectores conocen la realidad del país y esperan ese momento para pronunciarse por una continuidad o por cambio de políticas, por lo que esta manifestación traducida en una huelga no contribuirá con ningún cambio inmediato de la línea que se viene siguiendo.


Para los que quieren trabajar, la medida de hoy avalada por los gremios de casi todos los sectores no hace otra cosa que cercenar la libertad de cumplir con las tareas, impidiendo de distintas formas que la actividad sea normal.