En ámbitos económicos siempre se ha considerado que exportar fue, es y será la clave del crecimiento de la República Argentina. En estos momentos al país le hacen falta divisas, es decir dólares, para modernizar la industria, hacer frente a compromisos externos y, lo que es muy importante en estos momentos, financiar la compra de vacunas contra el Covid-19 para controlar esta pandemia que está afectando seriamente la capacidad productiva y la actividad económica de la Nación.


En ese sentido, las decisiones del gobierno tienden a trabar el comercio internacional y las exportaciones, que son clave para la recuperación, no sólo económica, sino social, porque es la única fuente de ingresos de divisas, en este momento en que el país está entre los más pobres del mundo.


Las exportaciones atraviesan actualmente por una crisis provocada por una serie de factores. Entre otros problemas se advierte un excesivo aumento de las tarifas marítimas; la salida del mercado de líneas aéreas; menor disponibilidad de bodega en barcos cargueros; menor navegación por la hidrovía que es aprovechada más por Uruguay que por Argentina, y la necesidad existente de mejorar la infraestructura portuaria, la de los aeropuertos y de las vías terrestres. 


Dentro del propósito de mejorar este panorama, que se ve agravado por algunas amenazas del Gobierno nacional como por ejemplo aumentar las retenciones o cerrar las exportaciones de carnes argentinas por casi U$S 3.000 millones, surgen algunas definiciones como que es necesario tener para el comercio exterior una política de Estado y evitar tener políticas de Gobierno para regir las exportaciones. Es decir que la política de gobierno o partidaria debería estar separada de la economía, a fin de darle mayor autonomía y evitar cualquier tipo de injerencia perniciosa, al dejar que las exportaciones se rijan conforme a lo que establece el mercado del comercio exterior a nivel mundial.


Hay que tener en cuenta que para favorecer las exportaciones de cualquier tipo de producto o manufactura hay que avanzar sobre varios frentes para ser competitivos, desde el aspecto impositivo, con una reducción de las retenciones y una baja de impuestos en general, hasta promover un tipo de cambio que esté acorde con la actividad en términos globales. En lo que es la infraestructura portuaria hay que tener en condiciones el río de La Plata, con su dragado en forma permanente, y los puertos con mayor actividad del país. Respecto de los aeropuertos se requiere una infraestructura moderna y ágil, sin conflictos gremiales y en relación a la infraestructura terrestre un correcto mantenimiento de rutas, pasos fronterizos, puentes y aduanas ágiles y digitalizadas.