Rusia sorprendió hace unos días al anunciar la primera vacuna del mundo contra el coronavirus, dando seguridades el presidente Vladimir Putin que el fármaco ha demostrado ser eficaz ofreciendo inmunidad duradera, de manera que será distribuida masivamente a partir del 1 de enero de 2021. Sin duda es un logro histórico para enfrentar la pandemia, pero la mayor sorpresa fue de los científicos, tanto rusos como extranjeros, que venían manifestando su preocupación por la rapidez del desarrollo de este producto sin conocerse los resultados de las etapas y por ello las entidades médicas plantearon sus inquietudes al Kremlin.
La llamada vacuna "Sputnik V", en recuerdo al primer satélite artificial soviético puesto en órbita en 1957, inaugurando la carrera espacial, despierta más dudas que elogios en los científicos porque el laboratorio estatal nunca reveló los pasos del desarrollo y todavía le falta cumplir la fase 3, cuando se prueba la seguridad y eficacia en un alto número de seres humanos a fin de corroborar si las pruebas de laboratorio estaban en lo cierto. Aún así en septiembre comenzará la producción industrial de 1.000 millones de dosis para atender la demanda interna y de 20 países, entre ellos Brasil.
Las expectativas internacionales se centran en el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sigue de cerca los progresos de los diferentes laboratorios que buscan una vacuna contra el Covid-19 y los exhortan a no acelerar los progresos en riesgo de la seguridad. Por ello el organismo sanitario ha sido muy cauteloso en su reacción frente al anuncio de Putin sin adelantar una precalificación por no contar con los elementos que prueben un examen profundo de la eficacia. La OMS tiene registradas 165 vacunas en desarrollo, 140 en etapa preclínica y unas 26 en pruebas en humanos, y la rusa no figura entre las más avanzadas.
Para la Argentina la verdadera noticia alentadora es la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, una firma biofarmacéutica sueco-británica, que será fabricada en nuestro país de acuerdo al anuncio presidencial. Este fármaco se encuentra en la última fase y los ensayos con humanos mostraron resultados prometedores. Además es de muy bajo precio, entre 3 y 4 dólares la dosis frente al valor de 27 dólares la rusa.
El adelanto de la Sputnik V se exhibe en el escenario geopolítico, sin desmerecer la inteligencia rusa, y pone de manifiesto el poderío de una superpotencia frente al potencial de Occidente, en particular de Estados Unidos y de China donde surgió el coronavirus todavía sin conocerse si fue natural o un accidente biológico.