La autoridad parecería ser un valor olvidado. Podríamos hablar de "crisis de autoridad'', puesto que nuestro país ha pasado por traumáticas experiencias tales como la reacción a muchos años de autoritarismo militar, la de familias cerradas en el trato o la misma costumbre de colocar al padre como único representante ante ella.

Quizás algo similar a la experiencia vivida en tiempos de Jesús. La autoridad principal arrogada por los fariseos- secta político religiosa judía del tiempo de Jesucristo- sostenían justificándose asimismo, "...Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres... ni aún como este publicano'' Lucas 18:9-14. (Véase Mateo 23:30).

La autoridad es un valor que debemos recuperar. Uno de los orígenes de la palabra es augure de donde viene auge, que significa desarrollo, aumento, crecimiento. En este sentido los que tienen alguna autoridad la ponen al servicio del crecimiento y desarrollo de los demás.

Otro de los sentidos originales de la palabra es autor, como dueño o propietario de algo. En este sentido los que estamos bajo autoridad debemos respetar el "derecho de autor'' que puede tener un padre, o un profesional, o un jefe.

Pero ¿de dónde deviene la autoridad? En el caso de Jesús, de la total coherencia entre lo que hacía y lo que decía, entre su práctica y su teoría. En el caso de un artista, de su originalidad; en el caso del esposo, de su fidelidad; en el caso de una madre, de su incondicionalidad y en el caso de un discípulo, de la obediencia a su maestro.

La autoridad genuina nunca se impone, es reconocida. La autoridad no sólo es poder, sino servicio. Un servicio a la libertad en desarrollo de otros seres humanos que van siendo cada vez más autónomos y más responsables en su propio proyecto de llegar a ser lo mejor de sí mismos, superando las limitaciones personales y de las circunstancias.

Por ello es necesario caminar desde reconociendo a los que están en autoridad y sirviendo a los que nos reconocen como su autoridad, para que cualquiera sea la esfera donde tengamos alguna autoridad no olvidemos que el principio de la autoridad es la obediencia al autor de la vida.