Este tiempo de complejas relaciones humanas tiene un capítulo relevante aparte en las intimidades del grupo familiar, pues el número de sucesos y la variedad de acontecimientos que lo rodean ponen la atención en la misma convivencia que resulta observada por la calidad de incidentes que acontecen. 


Lo primero que viene a mostrarse es el tiempo que se dedica a los vínculos por la importancia que ellos tienen y la relevancia que toman en la misma convivencia de la célula donde se gesta la sociedad humana. 


Numerosos especialistas de nuestra época han puesto los ojos en estas relaciones que se presentan como conflictivas y han descripto situaciones que para nada revisten un carácter de decoro en los comportamientos familiares. No obstante ello, no se puede poner en duda de ninguna manera los afectos, los sentimientos y las emociones, que son la base misma en que se sustenta una familia. 


En nuestra cultura occidental se mantiene vigente el modelo de pareja heterosexual como fundamento para marcar el rumbo de la procreación y extensión de los hijos, no obstante examinar los vínculos formados entre padres e hijos, esposos entre sí y los hermanos, es oportuno al momento de establecer los motivos para el fortalecimiento de esta integración básica. 


Sin embargo en el mismo seno familiar hay personas que están pasando por experiencias de mucho dolor provocadas por relaciones atípicas que ameritan un llamado de atención destinado a mantener en la ética familiar los valores y principios que la misma sostiene. Para ello los expertos aconsejan como conveniente echar mano al concepto de amor que cada componente familiar tiene al momento de definir el comportamiento íntimo de cada uno.  


Las respuestas hay que buscarlas en el interior de cada familia, aseguran, y por ello es muy saludable que para gratificación de padres e hijos, madres e hijas y allegados al entorno del grupo mantengan regularmente un conocimiento de cómo se llevan adelante esas relaciones y si es oportuno dialogar sobre cada una de las contingencias para fortalecer la unidad familiar a fin de despejar todas las dudas y desencuentros.