Los vínculos comerciales entre Argentina y Brasil vienen soportando desde mediados de este año las consecuencias del enfrentamiento entre el presidente brasileño Jair Bolsonaro y el electo de nuestro país Alberto Fernández. Ambas figuras han tenido ya varios cruces verbales que han generado un estado de tensión, lo que está repercutiendo en los lazos comerciales históricos de estos dos países. La conflictiva situación está requiriendo que prime la sensatez y que, a partir de la asunción de las autoridades argentinas, se logre el restablecimiento de las relaciones en base a dejar de lado absurdos antagonismos que afectan las respectivas economías.

Hasta ahora Brasil ha sido el segundo destino del mundo de las exportaciones argentinas, alcanzando en 2018 un intercambio comercial cercano a los U$S 27.000 millones. La provincia de San Juan también ha tenido una importante participación en lo que se exporta a Brasil, con el envío de uva en fresco, pasas, ajos, cebollas, aceitunas y hasta textiles en el rubro camisas. El año pasado las exportaciones alcanzaron U$S 89 millones y superaron las 66.000 toneladas, ubicándose en segundo lugar después de Canadá y Chile respectivamente. Ahora el panorama es incierto y la mayoría de los exportadores temen que haya un cambio de reglas de juego a parir de la asunción del nuevo gobierno en nuestro país.

La férrea posición de Bolsonaro de no estar de acuerdo con el triunfo de Fernández en las últimas elecciones generales de octubre, y las respuestas del Presidente electo haciendo alusión a la persona del mandatario brasileño es lo que ha puesto en riesgo las relaciones de ambos países y con ello los vínculos comerciales que se pueden ver afectados con medidas tales como la disolución del Mercosur, una posible alianza de Brasil con EEUU o la no concreción del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.

El funcionamiento del Mercosur, que Argentina y Brasil comparten con Paraguay y Uruguay, es un tema muy delicado ya que Bolsonaro tiene previsto, antes de la asunción de Fernández, flexibilizar acuerdos comerciales por afuera del bloque. Esto generaría mayores tensiones y la posibilidad de una ruptura que incidiría negativamente en el acuerdo con la Unión Europea (UE), un objetivo comercial por el que se ha trabajado mucho tiempo.

Afortunadamente desde la UE, a poco del triunfo de Fernández, hubo claras señales de que se continuará promoviendo el acuerdo con el Mercosur, sin interesar las posiciones que pueda asumir cada mandatario y con el único objetivo de concretar una alianza que resulte beneficiosa para ambos bloques comerciales.