Indiscutiblemente las redes sociales reflejan el sentimiento y la posición de la mayoría de los usuarios en los temas que más aquejan a la población. Internet, como herramienta comunicacional básica viene fijando las posiciones del sentido común, una lógica impuesta en la Primavera Árabe, o en el último pronunciamiento electoral estadounidense, y con acento mayoritario aunque las cifras indiquen otra cosa.

Mediante esta práctica digital que acapara la atención diaria, cientos de personas se han ofrecido como docentes voluntarios para dar clases durante los paros anunciados para el lunes y martes próximos, en los establecimientos educativos de la provincia de Buenos Aires.

La propuesta masiva de los voluntarios ha sido dirigida a la gobernadora María Eugenia Vidal, en forma personal, y aclarando que no desean ninguna remuneración.
Fue la repercusión que la idea se transformó en la tendencia o hashtag:  #VoluntarioDocenteNoAlParoque sigue cosechando adhesiones, a la vez de debatir en la red el oportunismo sindical -como ocurre en vísperas del inicio del ciclo lectivo-, con frases viralizadas como "Basta de usar los chicos y la educación como rehenes''; "Quiero ayudar en lo que sea necesario para mejorar la educación''; "Terminemos con la extorsión de los gremios'', entre otros mensajes replicados en Twitter.

La respuesta oficial a la buena voluntad de la docencia voluntaria es de agradecimiento pero impracticable no obstante los antecedentes académicos, la vocación y de la honestidad de los ofrecimientos. Estar al frente de un aula tiene una gran complejidad funcional por las normas inherentes al trabajo.

El voluntariado docente de la web queda como una anécdota que sirve de compulsa para conocer cual es la reacción del ciudadano común ante un tema tan sensible, ya que está de por medio la formación de sus hijos y, fundamentalmente, la calidad educativa.

Esto es difícil de conseguir con un calendario escolar condicionado por gran cantidad de feriados a los que se suman el intempestivo paro de connotaciones políticas, más en las escuelas bonaerenses, donde el titular de Suteba, Roberto Baradel, tiene una clara afinidad con el kirchnerismo.