En estos días ha alcanzado gran repercusión una historia que se ha viralizado por las redes sociales. Se trata de la forma en que ha procedido una maestra de la localidad de Bella Vista, en Buenos Aires, que dicta clases en un instituto de enseñanza de ese lugar. Como tarea especial a realizar durante el receso de invierno, solicitó a sus alumnos que pasaran mucho tiempo en familia disfrutando de esos momentos. Una de las consignas fue "preparar una pizza y elegir el lugar de la casa dónde comerla”. De la misma manera, "ver una película en familia, preparar pochoclos y colocar almohadones en el piso y disfrutar”. También hubo otras dirigidas a los niños más chicos que establecía que "debían acomodar la habitación, juntar los juguetes y ayudar en la preparación del almuerzo o la cena”. Las iniciativas fueron muy bien recibidas tanto por los chicos como por las familias, muchas de ellas considerando que se trata de una forma muy novedosa e ingeniosa de impartir normas de conductas que los niños necesitan consolidar.

La idea es simple pero muy efectiva y debería ser implementada en todas las escuelas del país. Los chicos necesitan que les digan cómo deben actuar en determinados ámbitos y no esperar que ellos solos establezcan cómo debe ser su comportamiento, ya que las influencias negativas suelen ser más fuertes y distorsionan el sentido del bien y del mal.

Los chicos concurren a la escuela para recibir conocimientos específicos, y los docentes en su afán por cumplir con los programas educativos establecidos descuidan algo, que si bien no es específico, contribuye a la formación integral que debería recibir un niño o adolescente. La enseñanza de normas de comportamiento y de valores sociales es una tarea que debe comenzar en la casa y fortalecerse en el ámbito escolar, sólo así el niño aprenderá que su comportamiento debe ser igual de respetuoso en su casa como en los lugares públicos.

El ingenio de la docente bonaerense de indicar a sus alumnos que deben aprovechar de hacer vida familiar cumpliendo con algunas tareas específicas de carácter cooperativo o solidario durante estas vacaciones invernales, demuestra que en cada uno de los maestros argentinos está latente el sentido de que algo le falta a los chicos para alcanzar una educación integral. Tal vez con un poco más de esfuerzo y dejando de lado algunos preconceptos vinculados a que "no hay que hacer más de lo que corresponde”, se podría generalizar este tipo de enseñanza que no es otra cosa que volver a las bases en materia educativa.